Finalmente no ha podido ser: la prueba inaugural de Starship, el buque insignia de SpaceX tendrá que esperar. A ocho minutos del despegue el primer vuelo de la nave se ha convertido en un nuevo ensayo general.
Cambio de planes. Tras unos minutos de retraso, todo parecía ir viento en popa para la prueba de fuego de Starship, el buque insignia de SpaceX. Sin embargo habrá que esperar, la prueba de despegue se ha convertido en un “wet dress rehearsal”, una suerte de ensayo general en el que se han probado distintos sistemas de la nave.
Este cambio de última hora se ha visto motivado por dos factores: problemas de presurización en la carga de combustible y el paso de una embarcación por la zona de exclusión marítima.
La pregunta ahora es evidente: cuándo volará por fin el coloso espacial. La respuesta no está clara. Dependerá de lo que la empresa tarde en reiniciar todos los procesos de puesta en marcha del lanzamiento, para lo que podrían necesitar 48 horas. Por otra parte, los permisos de vuelo podrían servir para en los próximos días 18 o 19. Habrá que esperar por tanto. A este respecto, Elon Musk ha hablado de «unos días» hasta el siguiente intento.
Batir récords. El pasado mes de noviembre, el Space Launch System (SLS), el vehículo con el que la NASA quiere volver a la Luna, se convirtió en el cohete más potente de la historia (el N1 soviético, con más empuje en principio, se quedó en fase de desarrollo).
Ahora Starship se perfila para recoger ese testigo. Los 33 motores raptor instalados en su primera etapa, Super Heavy, le otorgan un empuje máximo de 7.580 toneladas-fuerza (casi 74,5 millones de Newtons), según explica la propia empresa.
Estas características lo han convertido en un vehículo muy esperado. Agencias espaciales, centros de investigación y empresas privadas de todo el mundo esperan a poder aprovechar las ventajas que las economías de escala puedan ofrecerles.
La economía en la órbita baja. Starship es un vehículo de alta capacidad. Si los actuales Falcon 9 y Falcon Heavy cuentan con la ventaja de poder poder en órbita varias misiones con relativa facilidad, el futuro puede depararnos vehículos aún más pesados que puedan poner en órbita numerosos satélites en un solo viaje. Esto no son necesariamente buenas noticias, pero con las debidas precauciones es un avance.
SpaceX incluso se ha propuesto crear una versión no reutilizable que podría llegar a poner 250 toneladas en órbita. No es solo una cuestión de cantidad: esto también debería ayudar a abaratar los costes de las misiones. Explotar las economías de escala es vital ante los inmensos costes de enviar materiales al espacio.
Pieza clave para Artemis. Uno de los usos clave de Starship está en el programa Artemis. Si bien la agencia espacial estadounidense ha dejado que la iniciativa privada comience a adueñarse de la órbita baja terrestre, ésta también la acompañará en su próxima misión a la Luna.
El diseño de Starship servirá (con algunas adaptaciones) como aterrizador lunar a partir de Artemis 3, la misión que devolverá a los humanos a la superficie de nuestro satélite tras la misión inaugural y Artemis 2, que llevará a un equipo de astronautas a orbitar la Luna sin llegar a aterrizar.
Starship también podría ser el vehículo encargado de poner en órbita la próxima generación de telescopios espaciales. Situado en el segundo punto de Lagrange, el James Webb es hoy por hoy inalcanzable para misiones de reparación. Con la ayuda de vehículos más versátiles, la posibilidad de que su sucesor pueda ser reparado o incluso mejorado en órbita, se convierte en algo más cercano.
Más allá de nuestro planeta. Las ambiciones de la humanidad van más allá de la Luna. Musk, CEO de SpaceX, ha sido uno de los grandes vocales del proyecto de llevar vida humana a Marte. Starship es parte de esta ambición del magnate sudafricano.
Sin un calendario claro para la misión Artemis y con misiones como Mars Sample Return previstas para comienzos de la década que viene, parece que la exploración humana del planeta rojo aún tendrá que esperar. No parece que los planes de Musk para alcanzar Marte en 2026 fueran muy certeros, pero este primer gran ensayo de Starship sin duda nos acercaráun poco más.