¿Y si tuviéramos que cambiar nuestra forma de entender la dislexia? Es la duda que ha planteado recientemente un equipo de la Universidad de Cambridge en un artículo publicado en la revista Frontiers of Psychology. Los investigadores proponen pasar de ver la dislexia como una enfermedad a verla como una estrategia evolutiva de especialización.
¿Qué es la dislexia? La dislexia, tal y como la entendemos hoy por hoy, es un trastorno del aprendizaje que afecta a entre un 3 y un 20% de la población, aunque como deja entender esta gran horquilla, es difícil obtener una estimación precisa de la prevalencia de este trastorno. El rasgo característico de la dislexia es la dificultad para la lectura, el cual no va acompañado de otros problemas en lo que a inteligencia y capacidad visual se refiere.
La dislexia una Dificultad Específica de Aprendizaje (DEA) de origen neurobiológico que se manifiesta en las zonas del cerebro que procesan el lenguaje. Se trata de una enfermedad con fuerte componente hereditario, aunque también aparece vinculada a factores de riesgo ambientales y circunstanciales como los nacimientos prematuros o la exposición a determinadas sustancias como tabaco y alcohol.
Una nueva teoría sobre la dislexia Un grupo conformado por dos investigadores británicos, ha propuesto una visión que podría cambiar este marco. Para estos, las personas afectadas por la dislexia simplemente estarían especializadas en la “búsqueda cognitiva exploratoria”, lo cual implicaría no un problema neurocognitivo sino una estrategia adaptativa humana. Los autores explican en su artículo que la mayor parte de la investigación en dislexia ha percibido ésta como un “déficit”. Sin embargo, proponen que ésta también viene acompañada de ventajas que compensaran en buena medida los déficits, lo cual explicaría su alta prevalencia.
Los autores aluden a un “sesgo explorador”. Esto es, que las personas con dislexia tendrían cerebros más enfocados en lo exploratorio en comparación con el resto de personas. Éstas últimas estarían más enfocadas en lo explotativo en contraposición a lo exploratorio. Esto dejaría una sociedad con dos grupos con habilidades complementarias, y otros con un perfil centrado en aprovechar los recursos existentes, y otros con afán por la búsqueda de nuevos recursos, que englobaría a las personas con dislexia.
¿Por qué es relevante la diferencia? Este análisis podría decirnos un poco más sobre la evolución humana, pero según explican sus autores en la nota de prensa en la que anunciaban el artículo, esta teoría cambiaría nuestra perspectiva de la dislexia como una enfermedad. En palabras de Helen Taylor, “La visión de la dislexia centrada en el déficit no cuenta la historia completa.”
Los problemas causados por la dislexia son achacados a una incompatibilidad, a tener que elegir entre la exploración de nuevos conocimientos y la explotación de la información ya existente. Es decir, que aunque la dislexia cause perjuicio, también viene acompañada de ventajas cognitivas, una mayor habilidad en el descubrimiento, la creatividad o la innovación. “Esta investigación propone un nuevo marco para ayudarnos a entender mejor las fortalezas cognitivas de las personas con dislexia”, concluye Taylor.
Hay otra noción que destacan los autores del texto, y es la percepción de la humanidad no como una especie adaptada a un contexto concreto sino a una adaptada “a la variabilidad en sí misma.
La «búsqueda cognitiva». Los autores hablan de un intercambio entre cualidades, de tener que renunciar a ciertas capacidades en favor de otras. En este caso la exploración y la explotación. La idea de búsqueda cognitivaestá vinculada a este intercambio. Muy vinculado a esto aparecería la idea de la “cognición complementaria”, en este caso la idea de que estas alternativas son complementarias y que la existencia de individuos con distintos rasgos favorece el desarrollo del grupo a través de la cooperación.
Aquí la exploración incluiría la búsqueda de “lo desconocido”, en contraste a la explotación, una habilidad relacionada con conceptos como refinamiento, eficiencia y
Un cambio aún por definir. El artículo presenta una teoría que acompaña de diversas pruebas encontradas en la literatura. Sin embargo conviene tener en cuenta que se trata simplemente de una teoría, una propuesta de marco conceptual que involucraría un cambio radical en cómo percibimos una condición que solo en España afecta a más de cuatro millones y medio de personas.
La propia tarea de definir el concepto de enfermedad es compleja, puesto que no existen criterios plenamente objetivos, mucho más cuando hablamos de la psicología. La dislexia no sería la primera enfermedad en dejar de serlo, la “lista de enfermedades” no es un concepto cerrado, cambia conforme avanza nuestra comprensión sobre nuestro propio cuerpo. Lograr un mejor conocimiento es un paso indispensable para llegar al objetivo que debemos alcanzar, mejorar la calidad de vida de las personas, independientemente de que su problema sea causado por una enfermedad u otro tipo de condición.