A la hora de mejorar el pobre sonido de un televisor plano, además de los clásicos altavoces estéreo, de ayudarnos de una minicadena o con un conjunto de cine en casa, en los últimos años se ha puesto de moda apostar por las barras de sonido, unos dispositivos con forma generalmente alargada y estrecha que integran varios altavoces bajo su carcasa.
Son discretas y fáciles de instalar, siempre que tengamos hueco en la parte inferior de la tele, pero siguen presentando un importante problema: su estrechez hace que sea imposible incorporar en ellas altavoces de grandes dimensiones.
Esto implica que si queremos tener un sonido medianamente solvente es necesario que las acompañemos de un subwoofer externo que muchas veces no sabemos muy bien donde colocar, si es que tenemos espacio para hacerlo junto a la tele. ¿No hay otras alternativas?
Pues afortunadamente sí, ya que en el mercado podemos encontrar las denominadas como bases de sonido, una versión vitaminada de las barras de sonido que no son tan populares pero que son capaces de ofrecer un sonido con más cuerpo y pegada que éstas.
Se trata de un altavoz de forma achatada pensado para colocar el televisor sobre él, por lo que en general se ofrecen con alturas similares a las de las barras de sonido de forma que no eleven demasiado la tele. Sin embargo su punto fuerte no es la altura sino la profundidad.
Las bases de sonido son mucho más profundas que las barras, ocupando buena parte del mueble donde las coloquemos pero sin sobresalir por la parte frontal. Esto permite que sigan ofreciendo un aspecto decorativo al tiempo que se incrementa notablemente el espacio de caja acústica disponible dentro, lo que a su vez posibilita instalar más drivers y más grandes, ofreciendo más potencia y mejor respuesta en frecuencias medias y bajas.
De hecho, muchas de estas bases de sonido no necesitan la utilización de un subwoofer externo para lograr un sonido convincente, ya que suelen incorporar uno o varios en su parte inferior apuntando hacia abajo.
En cuanto al resto de prestaciones con respecto a las barras de sonido, son similares con respecto a la conectividad, formatos de audio soportados, etc., algo que ya dependerá de cada modelo concreto. Eso sí, en general las bases suelen prometer mayores potencias dado que pueden albergar woofers más grandes.
Bases de sonido: principales inconvenientes
En teoría las bases de sonido parecen una estupenda opción a las barras de sonido clásicas, pero sorprende que no las veamos de forma masiva en las estanterías de las tiendas. ¿Cuál es el motivo? Pues hay varios.
Para empezar, tenemos la moda de colgar las teles de los últimos años. Muchos usuarios han decidido colgar sus aparatos de televisión en las paredes por mantener una estética más limpia, lo que limita las posibilidades de instalación de las bases de sonido y nos obliga a tener que contar con un mueble bajo la pantalla con una profundidad suficiente como para albergarlo.
Además tenemos el asunto del peso y las dimensiones de la tele soportadas. Las bases de sonido están pensadas en general para televisores con pesos de hasta unos 30-35 kilos, ya que no dejan de ser una estructura en madera de densidad media en el mejor de los casos que tiene ciertos límites de resistencia.
Además, necesitan que la tele tenga el soporte de la pantalla situado en la parte central de la misma o que las patas situadas en los extremos no se salgan de la base de sonido, por lo que en la práctica podemos encontrarnos con limitaciones si nuestro modelo es de más de 55 pulgadas.
Por último hay que comentar el asunto del precio. Si en el mercado podemos encontrar barras de sonido por importes de menos de 300 euros (otra cosa es cuál sea su calidad de sonido), las bases de sonido se mueven con precios de más de 400 euros, lo que puede echar para atrás a usuarios que solo buscan una forma económica de mejorar el sonido de su tele sin muchas pretensiones.