Los microbios hallados en los Alpes Grisones y el Ártico fueron capaces de digerir los tipos de plástico PUR (poliuretano) y PBAT/PLA, según un estudio publicado el miércoles en la revista Frontiers in Microbiology.
El PUR se encuentra, por ejemplo, en esponjas domésticas, colchones o zapatillas de deporte. PBAT/PLA en bolsas de plástico compostables.
Encontrar, cultivar y aplicar bioingeniería a organismos capaces de digerir el plástico no sólo ayuda a eliminar la contaminación, sino que ahora también es un gran negocio. Ya se han encontrado varios microorganismos capaces de hacerlo, pero cuando las enzimas que lo hacen posible se aplican a escala industrial, normalmente sólo funcionan a temperaturas superiores a 30ºC. El calentamiento necesario hace que las aplicaciones industriales sigan siendo costosas y no sean neutras en carbono.
Pero existe una posible solución: encontrar microbios especializados adaptados al frío cuyas enzimas funcionen a temperaturas más bajas. Los científicos del Instituto Federal Suizo de Investigación Forestal, de la Nieve y del Paisaje (WSL) sabían dónde buscar tales microorganismos: a gran altitud en los Alpes suizos o en las regiones polares.
«Demostramos que nuevos taxones microbianos obtenidos de la ‘plastisfera’ de los suelos alpinos y árticos eran capaces de descomponer plásticos biodegradables a 15°C», afirma el autor principal, Joel Rüthi. «Estos organismos podrían ayudar a reducir los costes y la carga medioambiental de un proceso de reciclado enzimático del plástico».
Para ello, Rüthi y sus colegas de investigación enterraron plástico en la cima del Muot da Barba Peider, en el valle de Val Lavirun, al este de Suiza, y en el Ártico. Posteriormente, tomaron muestras de los organismos que crecían allí en el suelo, encontrando 19 cepas de bacterias y 15 cepas de hongos.
Identificación de enzimas
En primer lugar, los investigadores dejaron que los microbios crecieran como cultivos de cepas individuales en el laboratorio a 15ºC. A continuación, utilizaron una serie de pruebas para examinar la capacidad de cada cepa para digerir el plástico.
«Algunas de estas bacterias y hongos eran especies desconocidas hasta entonces», explica Rüthi. Entre ellas había dos especies de hongos de los géneros Neodevriesia y Lachnellula que dieron los mejores resultados en el estudio. Fueron capaces de digerir todos los plásticos probados, excepto el polietileno, el plástico más comúnmente producido, utilizado principalmente para envases.
Dado que los científicos del WSL sólo hicieron pruebas de digestión a 15ºC, aún no conocen la temperatura óptima a la que funcionan las enzimas de las cepas que obtuvieron buenos resultados.
«El próximo gran reto será identificar las enzimas que degradan el plástico producidas por las cepas microbianas y optimizar el proceso para obtener grandes cantidades de proteínas», afirma Beat Frey, científico principal y jefe de grupo del WSL. «Además, podría ser necesaria una mayor modificación de las enzimas para optimizar propiedades como la estabilidad de las proteínas».