"Hemos firmado un memorando histórico con Putin para la integridad territorial y política de Siria y el regreso de los refugiados", dijo Erdogan con una media sonrisa con el líder ruso. Además de desplazar a los combatientes kurdos, Ankara quiere controlar los territorios del noreste de Siria para reubicar a la mitad de los casi cuatro millones de refugiados que viven en Turquía. En una aparición, después de una reunión de más de seis horas en la que se discutió cómo Ankara y Moscú, junto con el resto de los actores regionales, dividirán el control de Siria, Putin dijo que el pacto puede ser un "punto de inflexión". A su lado, Erdogan trabajó para resaltar su "amistad" y cooperación con el presidente ruso y su intención de "respetar la integridad y la soberanía de Siria".
Según los términos del acuerdo, las fuerzas kurdas sirias tienen 150 horas para retirarse a más de 30 kilómetros de la frontera, dejando atrás el territorio que habían controlado hasta principios de este mes, cuando Estados Unidos, que había sido su protector y aliado en la lucha. contra el autodenominado Estado Islámico (ISIS) – comenzó a retirar sus tropas. La guardia fronteriza leal al régimen de Bachar el Asad y la policía militar rusa se asegurarán de que las milicias kurdas hayan abandonado el territorio.
El pacto, firmado en la ciudad balneario de Sochi, donde el presidente Putin tiene su residencia de verano, se alcanzó unas horas antes del final del mandato de alto el fuego que Erdogan acordó la semana pasada con el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence. Una tregua a la que accedió después del rechazo internacional de la ofensiva que Turquía inició en el norte de Siria, justo después de que Washington anunciara la retirada de las fuerzas que ha mantenido en la zona siria en manos de los kurdos.
El pacto entre Ankara y Washington incluyó la retirada de las Fuerzas Democráticas Sirias, lideradas por los kurdos, de una importante franja de tierra de 120 kilómetros de largo, entre las ciudades fronterizas de Tal Abiad y Ras el Ain. Zonas en las que los combatientes kurdos habían logrado forjar su propia región autónoma.
A medida que las tropas estadounidenses se retiran, Ankara y Moscú buscan capitalizar el reequilibrio del poder en la región. Pero el acuerdo entre Erdogan y Putin, que no marca ningún límite de tiempo, es sobre todo una victoria para el líder ruso. Moscú, que comenzó a intervenir en el conflicto sirio en 2015 para apoyar a su aliado Bachar el Asad, había comenzado a patrullar partes del norte de Siria la semana pasada para evitar la confrontación entre las tropas leales al régimen de Asad y las fuerzas relacionadas con Ankara. Ahora, con este nuevo plan, consolidar la influencia. Las patrullas fronterizas sirias y las fuerzas rusas ayudarán a "limpiar" el área de la milicia kurda, según el canciller turco, Mevlut Cavusoglu. Lo que implica que tomarán el control conjunto de una vasta franja de territorio antes en manos de los kurdos.
"Es clave garantizar la soberanía e integridad de Siria", dijo Putin. El Kremlin, el jugador principal en el tablero de la guerra siria, es, junto con Irán, el principal aliado y partidario del régimen de Asad. “Es importante que Turquía entienda y comparta ese punto. Los turcos tendrán que defender la paz y la calma en la frontera junto con los sirios. Esto solo se puede hacer en una atmósfera de respeto y cooperación mutuos ", dijo el presidente ruso. Putin insistió en que Erdogan y El Asad tienen que hablar. Algo con lo que el presidente turco no ha sido muy solidario. Hasta ahora. Le daría a Putin la posibilidad de solidificar el poder de El Asad, y es una forma de darle legitimidad al régimen sirio, también frente a las negociaciones sobre el futuro del país en otras mesas de diálogo internacional.
Integridad territorial
Que Ankara y Damasco sientan que negociar es difícil. Erdogan ha exigido durante años que El Asad abandone el poder, aunque con el tiempo su actitud pública se ha vuelto menos hostil. El Assad, durante una visita a las tropas sirias en el bastión rebelde de Idlib que se hizo público el martes en los medios sirios, declaró que Erdogan es un "ladrón" que está "robando la tierra" y dijo que estaba listo para apoyar cualquier "resistencia popular". contra la invasión de Turquía.
El líder turco respondió en Sochi. Y dijo que no tiene intención de quedarse con el territorio de "otros" y que su intención es crear una "zona segura libre de terroristas". "Queremos mantener la soberanía y la integridad territorial de Siria", dijo Erdogan. "Estamos planeando cuidadosamente todos nuestros pasos", dijo.
Erdogan aspiraba a una ganancia mucho mayor, pero deja a Sochi feliz. Su propuesta inicial de "zona segura" fue de más de 440 kilómetros de largo y 32 de ancho, un área donde aspiraba a establecer una docena de puntos de observación tripulados por unidades de combate. Y, sobre todo, es parte de su plan para reasentar a los refugiados.
Mientras tanto, Putin continúa aprovechando las acciones del presidente estadounidense Donald Trump y las grietas en el Frente Común Occidental para fortalecer aún más sus lazos con Turquía, un miembro de la OTAN. En lo que va del año, el presidente turco y su homólogo ruso se han reunido ocho veces.
Trump otorga ayuda a "cascos blancos"
AFP
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha autorizado una ayuda de 4,5 millones de dólares (unos cuatro millones de euros) para el cascos blancos, los miembros del cuerpo de defensa civil que opera en zonas rebeldes bajo el régimen de Bachar el Asad, anunció ayer la Casa Blanca.
"Ayer [por el lunes]El presidente Donald Trump ha autorizado la concesión de una ayuda de $ 4.5 millones a la Defensa Civil siria para continuar apoyando el trabajo importante y altamente valorado de esta organización en el país [árabe]", Dijo la portavoz del Ejecutivo, Stephanie Grisham, en un comunicado.
En 2016, después de ser nominado para el Premio Nobel de la Paz, se desplegaron unos 3.000 cascos blancos (en su mayoría jóvenes voluntarios) distribuidos entre los 120 centros mantenidos por la organización en el país.