Las autoridades de Moscú anunciaron el jueves un plan para cerrar restaurantes y comercios no alimentarios e implantar otras restricciones desde finales de mes mientras Rusia registró su récord de contagios de COVID-19 y decesos desde el inicio de la pandemia.
El grupo de trabajo gubernamental contra el coronavirus reportó el jueves 36.339 nuevas infecciones y 1.036 decesos en las últimas 24 horas, que elevaron el total de víctimas mortales en el país a 227.389, el peor dato en Europa.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, respondió al rebrote en la víspera decretando una semana no laboral a partir del 30 de octubre. Por su parte, el alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, siguió sus pasos el jueves con el anuncio de restricciones en la capital.
Todos los restaurantes, cafés y establecimientos que no vendan comida, además de gimnasios, cines y otros locales de ocio deberán cerrar entre el 28 de octubre y el 7 de noviembre. Con las escuelas y jardines de infantes ocurrirá lo mismo. El acceso a museos, teatros y otros establecimientos estará limitado a los titulares de los códigos digitales que acreditan estar vacunado o haber superado la enfermedad, una medida que se mantendrá después del 7 de noviembre.
“La situación en Moscú se está desarrollando de acuerdo al peor escenario posible”, escribió Sobyanin en su blog, agregando que el número de contagios en la capital se está a máximos históricos.
La mortalidad por el virus lleva semanas al alza y superó las 1.000 personas diarias por primera vez durante el fin de semana, ante la baja tasa de vacunación, el escaso cumplimiento de las precauciones de seguridad y las reticencias del gobierno a endurecer las restricciones. Sólo 45 millones de rusos, el 32% de sus cerca de 146 millones de habitantes, recibieron ya las dos dosis de la vacuna.
El periodo no laboral, que incluye un feriado estatal de dos días, debería ayudar a limitar la propagación al evitar que la gente acuda a las oficinas y viaje en el abarrotado transporte público. El Kremlin instó también a las autoridades locales a restringir el acceso a restaurantes, teatros y locales de ocio durante este periodo.
Putin dijo que en algunas de las regiones donde la situación es muy preocupante, la semana de descanso podría empezar el sábado y prorrogarse hasta el 7 de noviembre.
Hasta ahora, el Kremlin había descartado decretar un confinamiento nacional como el impuesto al inicio de la pandemia, que supuso un fuerte revés para la economía y erosionó la popularidad de Putin, pero daba poder a las autoridades regionales para decidir posibles restricciones.
Muchas de las 85 regiones en que se divide la vasta nación ya limitaron la asistencia a eventos públicos multitudinarios, así como el aforo de teatros y restaurantes, entre otros. Algunas han declarado la vacuna obligatoria para ciertos funcionarios y mayores de 60 años.
Moscú había evitado las restricciones hasta el momento, con restaurantes y cines abarrotados, multitudes en discotecas y karaokes, y el transporte público lleno de usuarios sin mascarilla, aunque las UCIs de los hospitales llevaban semanas saturadas.