El Gobierno ruso arremetió contra la decisión de Estados Unidos de enviar «sistemas de misiles avanzados» a Ucrania, un impulso mayor para las defensas del país atacado. Moscú respondió que la medida «aumenta el riesgo» de una confrontación directa y que Washington está agregando «leña al fuego deliberadamente». La disyuntiva se da en un momento en el que las tropas rusas se apoderan de más territorios en el Donbass, en el este ucraniano.
En el día 98 de la guerra, las tropas rusas y las fuerzas ucranianas combaten en el centro de Severodonetsk, ciudad de la que Moscú ya controla la mayor parte, clave para el dominio total de la región de Lugansk.
Ante el avance de los soldados extranjeros en el oriente de Ucrania –donde concentran su ofensiva tras el intento fallido por tomar la capital Kiev–, el presidente estadounidense Joe Biden acordó enviar a la nación invadida un sistema de misiles avanzados que podría atacar con precisión objetivos rusos de largo alcance, como parte de un paquete de armas por 700 millones de dólares.
Por su parte, Alemania dijo sumarse a la entrega de armas pesadas a Kiev, algo que está aumentado la furia del Kremlin, que a su vez advierte «consecuencias impredecibles».