Dentro de un año se celebrarán las elecciones presidenciales estadounidenses. Salvo un giro dramático de los acontecimientos, debería enfrentar al actual presidente Joe Biden por el bando demócrata, y al ex presidente Donald Trump por el republicano. Es imposible decir hoy quién tiene más posibilidades de ganar. Sobre todo porque se ha añadido un elemento para complicar aún más el pronóstico: se llama Robert Kennedy Junior y tiene 69 años. Es hijo del exfiscal general Robert Kennedy y sobrino del expresidente John Fitzgerald Kennedy.
Según una encuesta de la Universidad Quinnipiac publicada la semana pasada, en una carrera a tres bandas por la Casa Blanca, Robert Kennedy Junior tendría una ventaja nada desdeñable sobre Joe Biden (39%) y Donald Trump (36 %). Esto se debe a que el 9 de octubre, el candidato anunció que abandonaba las primarias demócratas para presentarse directamente a la presidencia como independiente. De hecho, sus posibilidades en las primarias demócratas eran prácticamente nulas, ya que el aparato del partido se alineaba detrás de Joe Biden.
La cuestión ahora es a quién molestará más su candidatura, si a Joe Biden o a Donald Trump, en unas elecciones en las que el resultado promete ser muy reñido: es probable que cada voto cuente. Aunque su anterior profesión -abogado especializado en cuestiones medioambientales- le sitúa más en la tradición demócrata de la familia Kennedy, el sobrino de JFK es más conocido por su postura antivacunas y por propagar teorías conspirativas totalmente fantasiosas -que el Wi-Fi provoca cáncer, que los productos químicos en el agua crean niños transgénero, que el Covid se dirige a caucásicos y negros pero no a judíos asquenazíes y chinos-. Todas estas declaraciones fueron rotundamente condenadas por el resto de su familia, varios de cuyos miembros también calificaron de «peligrosa» su decisión de dejar de presentarse como demócrata para hacerlo como independiente.
Lo cierto es que, según el sitio web Politico, el dinero que ahora alimenta la campaña de Robert Kennedy Jr. procede más de antiguos donantes de Donald Trump que de Joe Biden, o de donantes que no apoyaron a ningún candidato en las dos últimas elecciones presidenciales. Intuyendo el peligro, los republicanos, en cuanto se anunció su candidatura, lo denunciaron como un «demócrata disfrazado de independiente» y «el mismo tipo de liberal elitista». Y desde entonces han insistido en su postura política cuando se inclina a la izquierda: «No es más que un liberal antivacunas», dice Donald Trump Jr.
Sin embargo, según el sondeo de la Universidad Quinnipiac, es más la candidatura del académico Cornel West como independiente lo que podría perjudicar a Joe Biden. Si se añade a la encuesta la candidatura del filósofo afroamericano, junto con la de Robert Kennedy Jr., la ventaja del Presidente demócrata sobre Donald Trump caería del 3 % al 1 %, con Cornel West en el 6 %.
Los candidatos independientes suelen ser vistos con recelo por los dos grandes partidos: pueden dar vuelta la situación en los «swing states«, los estados que pueden, con unos pocos votos, decantarse del lado demócrata o republicano, robando al perdedor los pocos votos que le habrían asegurado la victoria. Hay quien dice que, en 2000, la candidatura del independiente Ralph Nader le habría costado la presidencia a Al Gore frente a George Bush; lo mismo ocurrió en 2016 con la independiente Jill Stein, que habría permitido a Donald Trump vencer a Hillary Clinton.