El comunicador y activista social Ricardo Ripoll, conocido por su liderazgo en la plataforma Somos Pueblo y su rol en la campaña ambiental “Dale banda al Foam”, se encuentra en el centro de una intensa controversia tras enfrentar públicamente a sectores industriales que defienden el uso de poliestireno expandido (foam) y otros plásticos no degradables.
Desde que Ripoll criticara un comunicado de la Asociación de Industriales de la República Dominicana (AIRD), en el que se justificaba el uso continuado del foam en empaques alimenticios, ha sido blanco de una ola de ataques en redes sociales, muchos de ellos provenientes de cuentas anónimas y bots, según análisis independientes.
“Mentira del diablo de esa gente. Nosotros tenemos años con una campaña Cero Foam”, expresó Ripoll en un video publicado en sus redes sociales, en el que defendió el carácter científico de su denuncia y mencionó el estudio del doctor Roberto Alejandro Núñez García como una de las principales bases técnicas.
Señalamientos al Estado y exigencia de estudios públicos
Ripoll también arremetió contra el Ministerio de Medio Ambiente por no hacer cumplir el artículo 172 de la Ley 225-20 sobre Residuos Sólidos, que exige estudios anuales para reducir el uso de materiales como el foam. Aseguró que se intenta manipular la ley para retrasar su aplicación y favorecer intereses económicos.
En respuesta a sus detractores, el activista propuso abrir un espacio de debate técnico y público. “Vamos a hacer los estudios públicos. Que cada quien traiga sus científicos y veamos quién está diciendo la verdad”, retó.
Asimismo, anunció la llegada al país de técnicos e investigadores internacionales que evaluarán los efectos del foam sobre la salud pública y el medioambiente dominicano.
Peligros del foam: microplásticos, cáncer y enfermedades endocrinas
Ripoll advirtió que el foam, al degradarse en el medioambiente, se convierte en microplásticos que ya están presentes en cuerpos de agua y alimentos. “Ya lo estamos consumiendo sin saberlo. El foam provoca cáncer, afecta el desarrollo neurológico infantil y daña el sistema endocrino y reproductivo. Está todo documentado”, aseguró.
Diversos estudios internacionales coinciden con estas advertencias, asociando los microplásticos a enfermedades respiratorias, infertilidad y trastornos hormonales.
Tensión creciente entre sectores productivos y ambientalistas
El activista ha sido enfático en que su lucha no es contra la industria, sino en defensa del derecho constitucional a un medioambiente saludable. “Busquen otro estratega, porque el que tienen no les está dando resultados. Nosotros seguimos firmes”, sentenció.
La confrontación entre Ripoll y los sectores industriales se da en medio de los intentos de algunos grupos por modificar los plazos establecidos por la Ley 225-20, que prohíbe de manera progresiva el uso de materiales no degradables, como el foam, en todo el territorio nacional.
Organizaciones ambientalistas advierten que ceder ante estas presiones equivaldría a “hipotecar el futuro ecológico del país”.