El consorcio Unicode, la organización sin ánimo de lucro que establece los estándares en relación con los emojis, ha dado un controvertido golpe en la mesa: ha decidido que no habrá nuevas banderas entre estos símbolos. Unicode alega razones de efectividad, motivos geopolíticos y, sobre todo, la eficacia real de los emojis como un canal más de comunicación. En una extensa entrada en el blog oficial del consorcio, la creadora de numerosos emojis, Jennifer Daniel, ha detallado de una forma desapasionada y muy racional el porqué de esta decisión que, en cualquier caso, cuenta con un matiz importante: seguirán existiendo banderas de aquellas naciones reconocidas por Naciones Unidas.
¿Cuál es el origen de las banderas en el catálogo de iconos? Lo curioso es que, en este controvertido asunto, no hay una respuesta clara. Se sabe que las primeras banderas fueron implementadas en el catálogo de emojis a comienzos de los años noventa por los operadores de telefonía japoneses KDDI y SoftBank. En contra de lo que se pudiera suponer, su incorporación careció de todo glamur, según la hipótesis que tiene más peso: parece que se añadieron para resumir en una imagen qué tipo de comida se iba a pedir por teléfono, como española, china, coreana… De hecho, fueron apenas 10 las banderas —entre ellas, la de España— que se incorporaron en el lote inicial.
La evolución de la comunicación otorgó, con el transcurso de los años, mucho más peso a los emoticonos, lo que derivó en una masiva incorporación de banderas. De hecho, la categoría de las banderas es la que más elementos incluye de todo el catálogo de iconos, y en una proporción abrumadora: de los aproximadamente 3.600 emojis disponibles, 200 de ellos son banderas. Con esta ratio cabría suponer que tienen un elevado uso y demanda por parte de los usuarios, pero la realidad refleja precisamente lo contrario: no encontramos ninguna bandera entre los emojis más utilizados en 2021, y tampoco en los de los años anteriores.
¿Dónde se emplean entonces las banderas? Daniel especifica que suelen usarse fundamentalmente en los resúmenes de los perfiles de las redes sociales, como un elemento identitario; pero incluso en ese caso se hace de forma minoritaria (los más empleados para este propósito son los corazones). Estamos, entonces, ante una categoría muy extensa y compleja, con un escaso uso y que, además, es origen de posibles conflictos geopolíticos: “Las banderas tienen un significado importante, puesto que representan a países”, explica Fernando Suárez Lorenzo, presidente del Consejo General de Colegios Profesionales en Ingeniería Informática. E insiste: “La primera complicación es el sentimiento identitario: posibles envidias entre territorios. Y no debemos olvidar que estamos hablando de un estándar”.
Suárez se refiere a la demanda específica de regiones no reconocidas como naciones por la ONU. “Si se recomienda la incorporación de Cataluña, estaríamos ante un trato de favoritismo frente a otras subdivisiones en España”, explica Daniel en el blog del consorcio. Y si se aplicara esta excepción en nuestro país, también debería extenderse a otras subregiones en el mundo, con lo que la lista sería interminable. Esta es una de las causas fundamentales por las que se ha decidido no incorporar más banderas, con la excepción de naciones que se reconozcan por la ONU. Con esta decisión salomónica se termina una constante fuente de reivindicaciones y de fricciones políticas que no están en la agenda de un consorcio que persigue la estandarización.
Pero, si no hay nuevas banderas, ¿cómo expresan su identidad las diferentes regiones en el mundo o incluso, por ejemplo, los equipos de fútbol? La riqueza de esta forma de comunicación es que está viva y los usuarios ya han encontrado una solución que desde Unicode se ha bautizado como comunicación “por bloques”. Esto es, expresar mediante corazones de colores una identidad. “Los emoticonos se pueden utilizar para construir bloques”, explica Daniel en el blog. “Es una comunicación más fluida y flexible”, alega. Esta manera de expresar permite, además, adaptarse a banderas cambiantes y movimientos puntuales que aparecen y desaparecen.
Por último, Unicode ha perseguido optimizar la relación del coste y el beneficio en la generación de emoticonos: las banderas, complejas de diseñar, con poco uso y fuente de conflictos políticos, no son “rentables” desde el punto de vista de un consorcio que busca la unidad y la estandarización de una forma de comunicación creciente y de gran valor para el usuario. Como lo resume Suárez, “se trata de una economía de esfuerzos en la que hay muchas más banderas de las que realmente se utilizan”.