El parque de atracciones Disneyland de la ciudad oriental china de Shanghái quedó temporalmente confinado ante la detección de un contagio de COVID-19 que había visitado el recinto, la medida afectó a más de 30 mil personas.
En un comunicado publicado a última hora de este domingo en su página web, Disneyland anunció que cerraría este lunes y martes para “cumplir con los requisitos de prevención y control de la pandemia”.
El repentino aviso del recinto y su cierre temporal subrayó la severidad del régimen chino con su estrategia de tolerancia cero para combatir la pandemia.
Durante horas el domingo por la noche, decenas de miles de familias y visitantes quedaron recluidos en el recinto mientras esperaban un resultado negativo que les permitiera marcharse.
La ciudad anunció el lunes por la mañana que las 33.863 personas que habían visitado el parque durante el fin de semana habían dado negativo en COVID-19. Se les pediría que se hicieran pruebas de nuevo en las próximas dos semanas y controlaran su salud.
Según las autoridades de la vecina provincia de Zhejiang, un caso detectado en la capital, Hangzhou, había visitado Disneyland Shanghái este sábado.
Todos aquellos que se encontrasen en el recinto a las 18.00 hora local (10.00 GMT) del domingo o que hicieran noche en uno de sus hoteles deben hacerse una prueba del coronavirus antes de poder marcharse, y otra, pasadas 24 horas.
Si ambas resultan negativas, igualmente deberán llevar a cabo un seguimiento de su estado de salud durante otros 12 días.
El régimen chino, que cerró temporalmente la estación de metro que da servicio al recinto, dio órdenes de que todos los visitantes de Disneyland Shanghái durante los días 30 y 31 de octubre se sometiesen a pruebas del coronavirus a la mayor brevedad posible, y que no salieran de casa en al menos dos días.
El último brote de COVID-19 en China se está desarrollando con rapidez, alertó un funcionario de salud, mientras las autoridades exigen alta vigilancia en los puertos de entrada en medio de un aumento en las infecciones en una ciudad fronteriza del noreste causado por la llegada del virus desde el extranjero.
Se informaron de unos 377 casos de transmisión nacional con síntomas confirmados del 17 al 29 de octubre, según datos de la Comisión Nacional de Salud (CNS). China ha abordado una serie de brotes este año, desde que contuvo en gran medida un contagio a nivel nacional a principios de 2020.
Los números siguen siendo bajos en comparación con los brotes fuera del país. Sin embargo, mientras el resto del mundo trabaja para intentar coexistir con el COVID, China ha mantenido su tolerancia cero, instando a la vigilancia en áreas fronterizas y puertos para evitar que los viajeros entrantes infectados propaguen el virus a los lugareños.
“En los últimos 14 días, 14 áreas provinciales han reportado nuevos casos de transmisión local o portadores asintomáticos”, dijo el sábado el portavoz de la CNS, Mi Feng. “El brote se está desarrollando todavía con rapidez y la situación de control del virus es grave y complicada”.