¿Realmente “todo era mejor antes”? La verdad detrás de la nostalgia

Es habitual escuchar que “todo era mejor antes”, pero esta percepción no siempre refleja la realidad. Según varios estudios en psicología cognitiva, esta creencia está influenciada por distintos sesgos que alteran la forma en que recordamos el pasado.

Uno de estos sesgos es la llamada retrospección idílica, que hace que las personas rememoren eventos anteriores de manera más positiva de lo que realmente fueron. Con el paso del tiempo, nuestra mente tiende a conservar principalmente los aspectos placenteros y a relegar o minimizar los negativos, creando así una versión idealizada de esos recuerdos.

Además, existe otro fenómeno conocido como fading affect bias, que se refiere a que las emociones negativas vinculadas a ciertos recuerdos disminuyen más rápido que las positivas. La combinación de estos dos procesos contribuye a que visualicemos el pasado con una imagen más favorable.

A esto se añade el declinismo, una creencia extendida de que la sociedad o la cultura actual están en deterioro comparado con épocas previas. Aunque no siempre cuenta con respaldo en datos objetivos, este sentimiento se alimenta de la incertidumbre sobre el presente y el miedo al futuro.

Más allá de ser simplemente una expresión de nostalgia, idealizar el pasado funciona como un mecanismo mental adaptativo, que ayuda a mantener una identidad estable y a enfrentar períodos de cambio o dificultades.