Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de República Dominicana, absorbiendo más de la mitad de sus exportaciones y siendo la fuente de cerca del 26% de la inversión extranjera directa que recibe el país. Además, el vínculo económico se refleja en las remesas, ya que más del 80% provienen de territorio estadounidense, hogar de millones de dominicanos.
Sin embargo, pese a esta relación económica, República Dominicana figura entre los cinco países de América Latina y el Caribe con mayor tasa de rechazo de visas hacia EE. UU. En 2024, el 43,38% de las solicitudes fueron denegadas, solo superadas por Nicaragua, Cuba y El Salvador, cuyos rechazos superaron el 50%, llegando incluso cerca del 60%.
Según datos de elDinero, en 2024 se aprobaron 166,624 visas B1/B2, que combinan viajes de negocios (B1) y turismo (B2), aunque no se especifica cuántas correspondieron a nuevas solicitudes o renovaciones. Solo en la categoría B2, destinada exclusivamente a turismo, se registraron 40 aprobaciones.
Para la abogada y asesora migratoria Laura Rosario, los factores más determinantes en la aprobación o rechazo de una visa son la estabilidad económica del solicitante, la claridad del motivo del viaje y los vínculos familiares. “El motivo de viaje poco claro o convincente genera dudas sobre la verdadera intención del solicitante”, explica, agregando que esta falta de precisión despierta alertas entre los agentes consulares, especialmente cuando el motivo declarado no concuerda con el perfil económico o profesional de la persona.
Aprobaciones y factores determinantes
Según Jatzel Román, vicepresidente ejecutivo del Centro de Análisis para Políticas Públicas (CAPP) y exviceministro para Asuntos Consulares, la elegibilidad para una visa B1/B2 se evalúa de manera individual, sin depender estrictamente del país de origen. “Un nacional cubano, nicaragüense o venezolano no será rechazado solo por venir de un país con gobierno adverso a EE. UU.”
Más allá de la política, las condiciones económicas del país de residencia influyen de manera más decisiva. Román señala que en países con altos niveles de pobreza y migración económica, los agentes consulares perciben mayor riesgo de permanencia irregular, lo que incrementa las probabilidades de rechazo. Ejemplos claros son Haití (47,35%), Venezuela (37,40%), El Salvador (52,65%) y Nicaragua (58,71%). En contraste, naciones con economías más estables, como Chile (20,15%) o Uruguay (2,63%), registran tasas significativamente menores.
Aunque la relación bilateral puede incidir, lo hace de manera indirecta. Estados Unidos ofrece facilidades migratorias a países considerados aliados o de bajo riesgo. Así funciona el programa Global Entry, que permite un ingreso más rápido a ciudadanos de una veintena de países, incluyendo República Dominicana, Costa Rica y El Salvador. Román explica: “Más allá del factor viaje, estas facilidades también se usan como un incentivo o reconocimiento a países aliados”.