Raúl Valdés es uno de los lanzadores más conocidos dentro del béisbol invernal dominicano. Llegó como pícher importado a la pelota del país caribeño como un joven de 26 años, junto a los Gigantes del Cibao en el 2003.
Eventualmente, decidió nacionalizarse como dominicano y fue seleccionado en el Draft de Novatos de la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (LIDOM) en el año 2008, durante la cuarta ronda y un año después pasaría a formar parte de los Toros del Este, equipo con el que lanzó en 2004 y ganó el premio de Lanzador del Año.
A partir de ese momento, Valdés ha sido una de las caras que año a año se uniforma con los Toros. Ha participado en todas las temporadas desde su regreso a la escuadra de La Romana en 2009. También ha reforzado en etapa de postemporada a otros conjuntos, por lo que el valor del veterano lanzador es reconocido a través de la liga.
Por si fuera poco, Valdés fue parte del equipo de República Dominicana que el pasado verano logró alcanzar la primera medalla olímpica en béisbol en la historia del país. Validando aún más su condición como lanzador reconocido. Adicionalmente, tuvo una breve estadía en MLB donde alcanzó cuatro temporadas, entre 2010 y 2014.
A tan solo unos días de alcanzar los 44 años, el lanzador de los Toros se encuentra teniendo otra gran campaña con sólidos números como una efectividad de 2.10 en cinco partidos (25.2 entradas de labor), 22 ponches frente a nueve bases por bolas y 16 hits permitidos, lo que se traduce en un WHIP de .0.97.
En total, a lo largo de su carrera en LIDOM, el lanzador al que muchos fanáticos se refieren como “Brazo de Goma”, gracias a su capacidad de tirar un alto número de lanzamientos, a pesar de la edad, ha trabajado por 1,020.1 entradas, manteniendo una efectividad de 2.75, un WHIP de 1.16, un FIP de 3.19 y un récord de 65 victorias y 55 derrotas (en 179 partidos), con 798 ponches y 281 bases por bolas.
El éxito que demuestran estos números no se debe a que pueda tirar a altas velocidades, sino a una envidiable sapiencia y conocimiento de la zona de strike que le permite una combinación mortífera de picheos rompientes que ha causado estragos en la liga. Dicha estrategia lo ha hecho sobrepasar en cuanto a duración a otros sonoros nombres que debutaron y se retiraron a lo largo de los últimos 18 años.
En una liga donde la juventud es altamente valorada, en especial para construir núcleos de equipos, la hazaña de Valdés no es menos que sorprendente. No solo desafía al tiempo con su éxito, sino que vence todo pronóstico para un lanzador de su edad. Como van las cosas y de seguir con consistencia y salud, queda Raúl Valdés para rato, cosa que aman los fanáticos de los Toros y temen algunos equipos de LIDOM.