Quienes alcanzamos a leer las novelas de la escritora española Corin Tellado y nos sentamos a esperar la dulcinea, nos quedamos como Penelope.
Amor, atracción, deseo sexual, costumbre, necesidad de cambio, muchas son las razones y motivaciones por la que confundimos y nos confundimos con el amor.
Puede ser egoísmo o manipulación alegando que ese sentimiento, que se define como puro, apartado del interés material, nos ha tocado y quizás
no sea así.
Es imposible analizar a todo un conglomerado y calificar que es verdad y que no lo es.
Hay quienes soportan todo por un buen sexo, para mi algo increíble, ciertamente hay hombres y mujeres que saben hacerlo, pero este placer no es suficiente para generar amor, eso creo y corro el riesgo de estar equivocado.
El amor es entrega, digamos que puede ser egoísta, desarrolla un sentido de propiedad y da paso a un proceso de intensidad en el que el desasosiego prima, sigo teorizando.
Se supone que la cúspide del amor es el matrimonio y en mi opinión, un elevadísimo número de mujeres se casan por diversas causas, menos por estar enamoradas.
Lo mismo pasa con los hombres, con la excepción de que estos lo hacen por interés económico o por creer que ellas están más que asfixiadas.
Debe ser un momento excepcional estar desquiciado por la atracción o el amor, siempre y que uno sea correspondido y aunque en mi no hay esperanzas, hubiera disfrutado vivir esa locura, que muchos llaman, amor!