Miles de manifestantes, incluyendo sindicatos y organizaciones civiles, se congregaron frente a la Asamblea Nacional en Seúl este sábado para exigir la destitución del presidente surcoreano Yoon Suk-yeol, tras la controversia generada por la reciente aplicación de la ley marcial. Las protestas, encabezadas por la Confederación Coreana de Sindicatos (KCTU), fueron acompañadas por marchas previas en distintos puntos de la capital, con la promesa de extenderse dependiendo del resultado de la votación parlamentaria.
La moción de destitución fue presentada por la oposición, que tiene mayoría en el parlamento. Sin embargo, la posición del Partido del Poder Popular (PPP) de Yoon será determinante, especialmente dado que algunos líderes de esta formación han criticado al presidente por la aplicación de la ley marcial sin una justificación clara.
Han Dong-hoon, líder del PPP, ha pedido la suspensión de Yoon y considera su dimisión inevitable. Esto podría influir en la votación prevista para las 17:00 hora local, que será clave para decidir el futuro político del presidente.
Disculpas y posible transición de poder
En un intento por calmar la situación, Yoon Suk-yeol pidió disculpas públicas al pueblo surcoreano, reconociendo los inconvenientes causados por la ley marcial que se levantó el miércoles. El mandatario argumentó que la medida fue tomada desde un «sentido de urgencia», pero aseguró que no se repetirá y que asumirá las responsabilidades legales y políticas correspondientes.
Yoon también anunció que dejará en manos de su partido la decisión sobre su futuro político y la estabilización de la situación, en un contexto de creciente presión social y política. Su declaración se produce mientras la Asamblea Nacional se prepara para decidir si procede con su destitución, lo que podría marcar un punto de inflexión en la crisis política surcoreana.