Bloque Airbnb y bloque residencial, separados”. Así promociona una agencia inmobiliaria en Instagram un proyecto de apartamentos en el Distrito Nacional. La modalidad de separación es reciente en el mercado para evitar conflictos de convivencia ante el auge en la República Dominicana de la inversión en inmuebles con fines de renta corta, una dinámica que ni la pandemia ni la inflación han detenido.
“Ahora mismo, la gran mayoría de la oferta inmobiliaria que tenemos es de apartamentos orientados hacia la renta corta o Airbnb (una plataforma digital internacional de alquiler de propiedades por sus anfitriones). Son apartamentos de una y dos habitaciones”, informa a Diario Libre Alberto Bogaert, presidente de la Asociación de Agentes y Empresas Inmobiliarias (AEI), que agrupa a 92 empresas y 722 agentes.
Bogaert estima que la renta corta supera el 65% de la oferta inmobiliaria actual, especialmente en el Distrito Nacional, Punta Cana y Santiago, sobreponiéndose a las viviendas familiares. Y ha propiciado la clasificación de inmuebles como condo hoteles, debido a que su fin son estancias breves.
Los clientes son turistas extranjeros y dominicanos que viven en otras ciudades de su país, que prefieren estas residencias amuebladas antes que un hotel convencional. Solo entre enero-febrero de este 2022, el Banco Central reporta que el 27.4% de los extranjeros no residentes que visitaron la República Dominicana se alojaron fuera de hoteles (249,758 personas), un porcentaje superior al 20.1% registrado en iguales meses del año pasado.
Entre esos otros alojamientos hay hospedajes de renta corta, aunque el Banco Central no precisa cuántos ni por cuál plataforma. Dado el «crecimiento acelerado» del turismo inmobiliario, como indicó el ministro de Turismo, David Collado, a principio de este abril, el funcionario ya anticipó el interés del gobierno de que esta modalidad se regule y contribuya con el fisco local. En ese entonces anunció que eso sucedería en los próximos 60 días.
Comparó que ya hay 53,000 habitaciones disponibles para plataformas como Airbnb y otras, cuando el sector privado hotelero tiene 83,000.
“El sector inmobiliario creo que fue uno de los sectores menos golpeados por la pandemia. Tuvo un auge y un crecimiento bastante pronunciado”, dice Bogaert. “Las ventas se dispararon muchísimo. Hubo compañías y vendedores, básicamente, que hicieron récord de venta”.
Las obras destinadas a vivienda siguen encabezando el área de construcción vendible en la zona metropolitana del Gran Santo Domingo, representando el 82.0% del total consignado en el Registro de Oferta de Edificaciones en el segundo semestre de 2021 (ROE 2-2021) que publica la Oficina Nacional de Estadísticas. El porcentaje representa un incremento del 16.8% en relación a lo levantado en el segundo semestre de 2019.
Al momento de la visita del equipo de la ONE a las edificaciones de todo tipo, el 66.3% del área de construcción vendible se encontraba en ejecución.
Dentro de ese dinamismo, la compra de inmuebles para inversión también se potenció, como opción de los propietarios para conseguir más rendimiento de su dinero durante la emergencia sanitaria. “Con 5,000 dólares podías separar un inmueble, con 1,000 o con 2,000. Antes de la pandemia, con un 10 por ciento se separaba”, explica el agente.
En la publicidad de proyectos inmobiliarios se destaca el término “Airbnb friendly” (amigable para Airbnb). En la página web de dicha plataforma hay apartamentos que se rentan por noche en Ciudad Juan Bosch por 28 dólares, otros en Piantini por 68 dólares; en Gurabo, Santiago, por 49 dólares; y una unidad a dos minutos de la playa en Punta Cana, a 75 dólares.
Una noche en un hotel en Santo Domingo –de distintas categorías- puede ir desde 26 a 325 dólares, y en Punta Cana desde 28 a 398 dólares, en lugares con o sin playa.
La demanda incluso ha motivado a que agencias inmobiliarias incluyan en sus planes al público el alquiler y administración de propiedades vía Airbnb. Aunque hay otras plataformas digitales para estos mismos fines, agentes estiman que Airbnb acapara el 95% de la demanda por esta modalidad.