En las recientes elecciones en República Dominicana, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) ha consolidado su posición como la fuerza dominante en la política del país, tanto en la presidencia como en el Congreso. El presidente Luis Abinader, candidato del PRM, logró una reelección contundente con más del 56% de los votos, mientras que su partido aseguró una mayoría significativa en el Senado y varios escaños en la Cámara de Diputados.
Este resultado representa un cambio notable en el panorama político dominicano, especialmente para el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que ha visto desvanecer su representación en el Senado. Anteriormente, el PLD contaba con tres senadores, pero en esta elección, todos sus candidatos, incluidos José del Castillo Saviñón y Valentín Medrano, perdieron sus puestos, marcando la primera vez en años que el partido no tiene representación en la Cámara Alta.
La Fuerza del Pueblo (FP), liderada por Leonel Fernández, emergió como el principal partido de oposición, asegurando tres escaños en el Senado, incluidos los de figuras prominentes como Omar Fernández en el Distrito Nacional y Félix Bautista en San Juan. Estos resultados subrayan el desplazamiento del PLD por la FP como la voz líder de la oposición en el país.
Entre los reelectos del PRM y sus aliados se encuentran figuras como Franklin Romero, Ricardo de los Santos, y Héctor Acosta «El Torito», todos los cuales han reafirmado su influencia en sus respectivas regiones. Además, el PRM también logró capturar nuevas senadurías a través de exdiputados como Julito Fulcar y Gustavo Lara, lo que amplía aún más su control sobre el Senado.
El Partido Revolucionario Dominicano (PRD), otra fuerza política histórica, también enfrentó un golpe significativo al perder su único escaño en el Senado, ocupado por Iván Silva.
Estos resultados de las elecciones reflejan un realineamiento político en República Dominicana, con el PRM afianzando su liderazgo y nuevas dinámicas emergiendo en la oposición. El Congreso Nacional, mientras tanto, permanece en calma tras el cierre de las campañas, anticipando la reanudación de actividades legislativas y administrativas.