Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Venezuela, Nicolás Maduro, anunciaron el relanzamiento de las relaciones bilaterales este lunes, con el objetivo de abrir un nuevo camino de cooperación y restablecer la alianza estratégica que ambos países mantuvieron en la primera década del 2000. Estas relaciones se vieron notablemente afectadas desde 2016 debido a la destitución de la exmandataria brasileña Dilma Rousseff por parte del parlamento brasileño.
«Mi encuentro con el presidente Lula, constituye un hecho histórico, trascendental y de victoria de la dignidad de nuestros pueblos. El rescate y reimpulso de la unión entre Brasil y Venezuela, es el camino correcto que nos conducirá hacia el desarrollo y la integración de la Patria Grande», expresó Maduro.
El mandatario venezolano, quien expresó que Venezuela está abierta a los inversionistas brasileños, agregó que el relanzamiento de las relaciones abren un «nuevo camino» para la «construcción de un nuevo mapa» de trabajo que abarque la economía, el comercio, la alimentación, la agricultura, entre otros sectores fundamentales, a través de un «diálogo franco, directo y permanente» entre ambos gobiernos, así como con el resto de los países de Suramérica.
En rueda de prensa conjunta, Lula resaltó, por su parte, que en esta nueva etapa de relaciones con Venezuela su interés no es solo que ambos países mejoren sus pactos comerciales y económicos, sino también profundizar el intercambio humano, social y cultural para el bienestar y convivencia de ambos pueblos, y sobre todo, para reconstruir la integración, que se vio dañada por gobiernos radicales de derecha que apuntaron a la división de la región.
Además, Lula destacó que los empresarios brasileños han expresado su gran interés en retomar, aumentar e involucrarse en los tratados comerciales que de ahora en adelante se puedan establecer con Venezuela, en un marco de nuevas relaciones que apuestan al ganar ganar de ambos países.
El mandatario brasileño lamentó que las comunicaciones entre Caracas y Brasilia se vieran afectadas por los gobiernos de derecha que lo antecedieron tras la destitución de Rousseff, y en ese sentido, manifestó su voluntad de «renovar» todos los vínculos, tanto en lo político, social y en lo económico, para dejar atrás situaciones graves que llevaron al retroceso en los avances bilaterales, regionales y globales, en áreas estratégicas en las que se habían avanzado de manera exitosa.
Esta reunión entre Lula y Maduro, realizada en el Palacio de Planalto, sede del Ejecutivo brasileño en Brasilia, la capital de Brasil, resulta histórica porque es la primera que realizan ambos líderes como jefes de Estado y pone un punto final a ocho años de relaciones fracturadas que llegaron, incluso, a momentos de gran tensión y cierre de fronteras.
La Presidencia de Venezuela detalló que con este encuentro, ambos mandatarios buscan consolidar los nexos de «cooperación y hermandad» que históricamente han tenido como países vecinos y que ahora, además de las cuestiones de interés común, buscan renovar las estrategias y mecanismos de integración que tuvo la región en las primeras dos décadas del 2000, que fueron perjudicadas por la llegada de gobiernos de derecha en Suramérica.
Además, Lula y Maduro se trazaron el objetivo de fortalecer los lazos para el desarrollo económico y el comercio bilateral en condiciones de igualdad, así como también atender temas de interés fronterizo como movilidad ciudadana, seguridad, protección y garantía de los derechos humanos de las poblaciones indígenas Yanomami que comparten territorio en ambos países y el resguardo del Amazonas.
Los líderes suramericanos también realizaron una reunión ampliada junto a ministros de sectores vitales como Energía, Ciencia y Tecnología, Alimentos, Agroindustria, Economía y Finanzas, entre otros, para revisar los resultados del trabajo de las misiones multidisciplinarias que estuvieron previamente en Caracas y Brasilia, con representantes gubernamentales para tratar temas de interés común y de esa manera sentar las bases de este nuevo camino de relaciones mutuas.
Lula y Maduro apuntan también a que esta nueva etapa de relaciones llegue al punto óptimo que experimentaron ambos países durante la primera década del 2000 cuando el entonces presidente venezolano Hugo Chávez, logró concretar con su par brasileño una fuerte alianza que blindaron a ambos países tanto en lo económico como en lo político, convirtiéndolos en referentes de integración regional.
Esas estrechas relaciones entre Lula y Chávez, consolidaron grandes convenios en sectores fundamentales como petróleo, alimentos, comercio, industria, seguridad y cooperación regional, al punto que llegaron a convertirse en fundadores de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur) y precursores de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
En ese sentido, entre los temas tratados por Lula y Maduro están los relacionados con la agenda regional para redefinir las estrategias a tomar para cuestiones como la integración suramericana, entre ellas, el futuro de la Unasur, que fue prácticamente disuelta por los gobiernos de derecha que predominaron en la región durante los últimos años.
De igual forma, tienen por tratar temas trascendentales como la cooperación amazónica, las relaciones de la región con potencias emergentes como Rusia, China, India y Sudáfrica que junto a Brasil forman el bloque de los BRICS, así como otros países de Oriente Medio que apuestan a la consolidación del nuevo modelo multipolar.