La situación en Irán es crítica tras la desaparición del presidente Ebrahim Raisí, quien viajaba en un helicóptero que realizó un aterrizaje forzoso en una zona montañosa del noroeste del país. El accidente ocurrió en la región de Varzeqan, en la provincia de Azerbaiyán Oriental, y también afectó a otros altos cargos, incluido el ministro de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian.
El Gobierno iraní, a través del portavoz Ali Bahadori Jahromi, ha descrito la situación como «momentos difíciles» y ha pedido paciencia y oraciones a la población mientras continúa la búsqueda del mandatario y su equipo. Las operaciones de rescate se han complicado debido a las adversas condiciones climáticas, con lluvia y densa niebla, lo que ha impedido el uso de drones y otros helicópteros para las labores de búsqueda.
Un total de 46 equipos de rescate han sido desplegados, y aunque cuatro equipos han logrado acercarse a las coordenadas del accidente, aún no han localizado el sitio exacto del aterrizaje forzoso. Las imágenes de la televisión estatal muestran a los equipos de rescate trabajando en condiciones difíciles, con mucha niebla y en un terreno montañoso.
Este incidente ocurre en un momento políticamente sensible para Irán, dado que Raisí, un líder ultraconservador que llegó al poder en 2021, ha enfrentado críticas por la intensificación de la represión contra activistas y críticos durante su gobierno. Además, el accidente se produjo poco después de que Raisí inaugurara una presa en un evento conjunto con el presidente azerbaiyano Ilham Alíev, lo que se describió como un avance en las relaciones bilaterales entre Irán y Azerbaiyán.
La comunidad internacional y los ciudadanos iraníes esperan ansiosos más noticias, mientras continúan las oraciones por la seguridad del presidente y los demás pasajeros del helicóptero.