Los ataques habrían impedido la llegada y descarga del cargamento de víveres que se envió a la nación caribeña, que vive una intensa crisis económica, social y política.
RT.-El ataque de bandas armadas en Haití dificulta la llegada de los barcos que México envió con ayuda humanitaria a ese país, sumido en una grave crisis que se profundizó con el magnicidio de Jovenel Moïse y el impacto de un reciente sismo.
«Es muy triste lo de Haití, porque es pobreza, violencia, afectación por sismos. Es una situación muy difícil, muy triste, y nosotros estamos ayudando (…) Ya van varios envíos y hemos tenido problemas para desembarcar víveres porque las bandas tienen tomada casi todo Haití», reveló este miércoles el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en su acostumbrada rueda de prensa.
El mandatario detalló que en ocasiones «hubo disparos» y que las autoridades mexicanas se vieron obligas a anclar los barcos «a esperar condiciones». Asimismo, indicó que en uno de los operativos, la descarga de los alimentos debió suspenderse cuando iba a la mitad debido a los disturbios.
«No hemos informado sobre esto porque lo que queremos es cumplir con la misión, esto se ha dado al mismo tiempo que están llegando muchos haitianos a la frontera sur«, sostuvo López Obrador, quien aprovechó para responder a las críticas que ha recibido por parte de la oposición, tras la reciente agresión que se registró contra un ciudadano haitiano por parte de funcionarios del Instituto Nacional de Migración de México (INM).
«No aceptamos presiones»
El tema de Haití, para López Obrador, va más allá de las dificultades para la entrega de la ayuda humanitaria. Una de las aristas más complicadas está en la llegada de migrantes haitianos a la frontera sur de México, que desean continuar su paso hasta EE.UU. para huir de la inestabilidad política, económica y social que padece su país.
Por ese motivo, el mandatario mexicano ha adelantado que abordará el tema con el Gobierno estadounidense, en el marco de la visita que realizará el canciller Marcelo Ebrard a Washington este jueves.
«Es un asunto que va a tratar Marcelo Ebrard y nosotros vamos a ayudar en todo lo que podamos», aseveró López Obrador, tras reiterar que en su país «no se violan los derechos humanos».
La insistencia del mandatario en ese tema es porque organizaciones sociales y colectivos han denunciado la represión que se ejerce contra las personas migrantes que intentan seguir su paso a EE.UU. Para los sectores más críticos, la contención de las autoridades obedece a las supuestas «presiones» que ejerce la Casa Blanca contra México.
Al respecto, el mandatario hoy fue categórico: «No aceptamos presiones de ningún Gobierno porque México es un país independiente, soberano y somos más libres que nunca». No obstante, defendió la necesidad de «poner orden» en la frontera porque, a su juicio, si se abre y los migrantes «pasan libremente hacia el norte», se corren muchos riesgos.
«No podemos garantizar sus vidas, su seguridad, es muy grave», alegó tras enumerar los peligros habituales en la zona, como la delincuencia, los secuestros y los asesinatos.
Por último, zanjó: «Sí tenemos esta situación que nos preocupa y que estamos atendiendo, pero no es porque estemos de peleles o de empleados del Gobierno de EE.UU.»