El ingeniero civil Piter Bonilla, responsable del análisis preliminar sobre el colapso de la discoteca Jet Set, concluyó que el siniestro fue consecuencia de una combinación de factores críticos: sobrecarga estructural, efectos dinámicos y un deterioro progresivo causado por humedad acumulada.
Según el informe técnico de 20 páginas, el proceso que llevó al colapso no fue repentino. Bonilla indica que las señales de advertencia como grietas, deformaciones o pequeños desprendimientos podrían haber comenzado a manifestarse meses o incluso años antes del desastre, pero no fueron atendidas.
Un aspecto clave del análisis es que el edificio no fue originalmente concebido para funcionar como discoteca, sino como sala de cine. Esto es relevante porque las estructuras de cines suelen diseñarse sin columnas intermedias, con una capacidad de carga limitada, adaptada a su uso inicial.
El informe destaca que en las imágenes aéreas anteriores al colapso se puede observar la instalación de múltiples equipos pesados sobre el techo del edificio: aires acondicionados industriales, transformadores, generadores y tanques de agua. En conjunto, estos dispositivos sumaban una carga estimada de 4,000 kilos, peso que no fue contemplado en el diseño original de la estructura.
Además del peso, estos aparatos generaban vibraciones constantes que, junto con el sistema de sonido de alta potencia propio de una discoteca, impactaron negativamente sobre las vigas pretensadas de la edificación. Bonilla señala que este tipo de vigas, aunque eficaces en muchas aplicaciones, son particularmente vulnerables cuando se exponen a cargas cíclicas no previstas.
“Las vibraciones mecánicas y acústicas aceleraron la aparición de microfisuras en el concreto, debilitando la resistencia de la estructura con el paso del tiempo”, detalla el documento.
A lo anterior se suma la acumulación de agua en zonas donde ya existían deformaciones, lo que generó peso adicional y favoreció el deterioro por humedad, incluyendo corrosión incipiente en materiales estructurales.
En su diagnóstico, Bonilla sugiere que el colapso fue el resultado de una falla progresiva: primero microfisuras por vibración y sobrepeso, luego deformaciones que propiciaron la acumulación de agua, pérdida paulatina de resistencia por humedad, fallo de elementos secundarios, y finalmente, el colapso total de una de las vigas principales al no poder soportar la sobrecarga.