hemisferio septentrional como el meridional parecen brillar de la misma forma e intensidad ha llamado la atención de los científicos. Sobre todo porque en el caso del hemisferio sur está repleto de océanos oscuros y el hemisferio norte una enorme superficie terrestre brillante. Los dos hemisferios reflejan la misma cantidad de radiación solar. La reflectividad de la radiación solar es lo que se conoce científicamente como “albedo”.
Diferencias entre hemisferios
A pesar de que ambos hemisferios comparten muchas características similares, existen diferencias notables entre ellos. En primer lugar, una de las más evidentes es el clima. El hemisferio norte es conocido por tener un clima más variado en comparación con el hemisferio sur, debido a que hay más tierra en el norte, lo que permite que el clima tenga más variaciones a medida que se mueve de un lugar a otro. En cambio, en el hemisferio sur, donde hay más agua y menos tierra como ya hemos comentado, el clima es más uniforme y moderado.
Otra diferencia importante es la distribución geográfica. El hemisferio norte es hogar de la mayoría de las poblaciones humanas, incluyendo a Europa, América del Norte y Asia, mientras que el hemisferio sur cuenta con una población mucho menor y está compuesto principalmente por América del Sur, África, Australia y la Antártida.
¿Cómo es que brillan igual desde el espacio?
Lo cierto es que teniendo todos estos factores en cuenta, los científicos esperaban que los dos hemisferios de la Tierra, el norte y el sur, tuvieran diferentes albedos, una diferencia en la cantidad de luz que reflejan porque ya hemos visto que son bastante distintos entre sí. Es más: hay más de un 10 por ciento de diferencia en el albedo de los dos hemisferios cuando se mide cerca de la superficie de la Tierra bajo cielos despejados. Sin embargo, al observar la Tierra desde el espacio, los dos hemisferios parecen igualmente brillantes.
Ahora, un equipo de investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias y sus colaboradores ha publicado un estudio en el que revelan el motivo de este fenómeno.Los expertos analizaron información de las bases de datos más avanzadas del mundo, incluidos datos de nubes recopilados a través de satélites de la NASA (CERES) y documentos de ERA5, una base de datos meteorológica global que incluye información recopilada de una variedad de fuentes aéreas y terrestres desde 1950.
Lograron correlacionar 50 años de estos datos con información sobre la intensidad de huracanes y anticiclones y clasificaron las tormentas de los últimos 50 años en tres categorías según su intensidad. Descubrieron una asociación directa entre la intensidad de la tormenta y la cantidad de nubes que se forman alrededor de la tormenta. Esto es, mostraron que la relación entre la intensidad de la tormenta y la cobertura de nubes era responsable de la diferencia en la cobertura de nubes entre los hemisferios.
«Se ha descubierto que el albedo de las nubes resultante de fuertes tormentas en el hemisferio sur es un factor de compensación muy preciso para la gran superficie terrestre en el hemisferio norte, preservando así la simetría», dicen los expertos. «Esto sugiere que las tormentas son el factor de unión entre el brillo de la superficie terrestre y el de las nubes, resolviendo el rompecabezas de la simetría”.
Así las cosas, lo que ocurre es que, de hecho, los dos hemisferios de la Tierra están recibiendo los rayos del sol por igual alrededor del tiempo del equinoccio. El Sol está arriba en el mediodía solar visto desde el ecuador. Como resultado, la noche y el día son aproximadamente iguales.
Aparte de esta conclusión, la investigación proporcionó una evaluación de cómo el cambio climático podría alterar la tasa de reflexión en el futuro. ¿Mucho? ¿Poco? Los modelos predicen que el calentamiento global cambiará la frecuencia de las tormentas tanto en el norte como en el sur, por lo que podría producirse una brecha en la reflectividad entre los dos hemisferios. Pero todo esto son meras hipótesis.