Un estudio realizado en Europa analizó a pacientes con melanoma avanzado y advirtió que esta alimentación mejora la tasa de respuesta ante este tratamiento.
La dieta mediterránea es una forma de alimentación basada en las cocinas tradicionales de Grecia, Italia y otros países que bordean el mar Mediterráneo. Los cereales integrales, verduras, legumbres, frutas, frutos secos, semillas, hierbas y especias son la base de esa dieta. El aceite de oliva es la principal fuente de grasa agregada. Esta forma de alimentación puede ser clave contra el cáncer.
Se descubrió que adoptar una dieta mediterránea, que es rica en fibra, ácidos grasos monoinsaturados y polifenoles, puede ayudar a conseguir más beneficios de la inmunoterapia contra el cáncer y mejorar la sobrevida de la personas. Así lo reveló un estudio presentado durante un encuentro de la organización United European Gastroenterology, que combina a las sociedades europeas relacionadas con la salud digestiva.
El estudio realizado en Holanda y el Reino Unido demostró que hay una asociación entre el consumo de la dieta mediterránea y una mejora de las tasas de respuesta a la inmunoterapia y de la supervivencia sin progresión en pacientes con melanoma avanzado.
Las inmunoterapias son un tipo de tratamiento que usan sustancias con el fin de estimular o inhibir el sistema inmunitario y de esta manera ayudar al cuerpo a combatir el cáncer, las infecciones y otras enfermedades. Algunos tipos de inmunoterapia solo se dirigen a ciertas células del sistema inmunitario. Otras lo afectan en general.
Los expertos consideran que la dieta desempeña un papel importante en el éxito de la inmunoterapia y se están ampliando los ensayos para investigar los resultados de diferentes tipos de tumores, incluidos los cánceres digestivos.
La dieta mediterránea contiene grasas mono y poliinsaturadas procedentes del aceite de oliva, los frutos secos y el pescado. También incluye polifenoles y fibra procedentes de las verduras, la fruta y los cereales integrales. Al hacer la investigación se encontró que la dieta mediterránea se asocia de forma significativa con una mejor respuesta a los fármacos de inmunoterapia denominados inhibidores de puntos de control inmunitario.
Esos fármacos, que han tenido un gran éxito en el tratamiento del melanoma, actúan bloqueando los puntos de control del sistema inmunitario, lo que obliga a las células T del propio organismo a atacar el cáncer. El nuevo estudio multicéntrico, realizado por investigadores del Reino Unido y los Países Bajos, registró la ingesta dietética de 91 pacientes con melanoma avanzado, que fueron tratados con inmunoterapia, y controló su evolución con revisiones periódicas de la respuesta radiográfica.
Además de tener una asociación significativa con la tasa de respuesta global, la dieta mediterránea se relacionó significativamente con la supervivencia sin progresión a los 12 meses.
Laura Bolte, autora del estudio y candidata al doctorado bajo la supervisión del profesor Rinse Weersma, del Centro Médico Universitario de Groningen, en los Países Bajos, comentó: “Los inhibidores de puntos de control inmunitario han contribuido a revolucionar el tratamiento de diferentes tipos de cánceres avanzados. Nuestro estudio subraya la importancia de la evaluación dietética en los pacientes con cáncer que inician el tratamiento con los inhibidores y respalda el papel de las estrategias dietéticas para mejorar los resultados y la supervivencia de los pacientes”.
El estudio también descubrió que el consumo de cereales integrales y legumbres reducía la probabilidad de desarrollar efectos secundarios relacionados con el sistema inmunitario inducidos por el fármaco, como la diarrea. En cambio, la carne roja y procesada se asoció a una mayor probabilidad de efectos secundarios relacionados con el sistema inmunitario.
“La relación de la respuesta a los inhibidores de puntos de control inmunitario con la dieta y el microbioma intestinal abre un futuro prometedor y emocionante para mejorar las respuestas al tratamiento. Se están llevando a cabo ensayos clínicos que investigan el efecto de una dieta rica en fibra, una dieta cetogénica y la suplementación de omega-3.
Como la terapia con inhibidores de puntos de control inmunitario se está extendiendo a varios tipos de tumores, incluidos los cánceres digestivos, estos estudios podrían desvelar los beneficios del tratamiento para un gran grupo de pacientes con cáncer en el futuro”, concluyó Bolte. FUENTE INFOBAE