Estos ecosistemas son fundamentales para la vida marina y la actividad económica humana. Cómo es el primer simulador capaz de predecir lo que podría ocurrir en estas regiones.
Aunque algunos no conozcan de primera mano a los arrecifes de coral, su importancia en la salud del planeta es innegable. Incluso, son esenciales para la actividad económica humana, ya que son protagonistas del transporte de bienes y servicios. Pese a este espacio transcendental para la humanidad, estas colonias de zooides se están degradando y disminuyendo en todo el Caribe como consecuencia del aumento de la temperatura global.
Ya sea como hábitats que sustentan a la industria pesquera, como así también barreras para las comunidades costeras frente a tormentas, inundaciones y aumento del nivel del mar, y los arrecifes de coral generan un gran número de acciones, ya que, además, son atracciones para el turismo. Según algunas estimaciones, su valor económico neto a nivel mundial es de decenas de miles de millones de dólares. Pero el calentamiento global y su impacto en la atmósfera y las corrientes oceánicas podría provocar su extinción a finales de este siglo.
Dan Holstein, del Departamento de Oceanografía y Ciencias Costeras de LSU, de Estados Unidos, y autor principal del trabajo que estimó cuándo desparecerían estos espacios esenciales para la salud del planeta afirmó que “arrecifes enteros en los que solía bucear y hacer snorkel se han ido. Hay especies que ya no ves en el arrecife. El cambio está ocurriendo ahora”.
Para determinar este futuro sombrío, el científico, junto a su equipo, creó un modelo computacional de código abierto. Se trata del primero en predecir cómo el calentamiento de los mares desestabilizará las poblaciones de coral en todo el Atlántico occidental, incluidos los Cayos de Florida, las Bahamas y el Caribe; y analiza las proyecciones existentes sobre el cambio climático para evaluar cómo las poblaciones de coral se mantendrán y prosperarán, o comenzarán a perecer.
Según Holstein, “este modelo predice que el calentamiento de los océanos reducirá la capacidad de las larvas de coral migratorias para reponer los arrecifes que se han blanqueado y muerto. El modelo no sella el destino de los arrecifes de coral, pero es una gran llamada de atención”. Lo cierto es que, además de lo expresado en el trabajo publicado en la revista Coral Reefs, los arrecifes de coral se han convertido en un desafortunado ejemplo contemporáneo de cómo el cambio climático desafía la persistencia de biomas esenciales.
Los corales son animales marinos que dependen de una relación simbiótica saludable con las algas microscópicas para sobrevivir, las cuales viven dentro de su tejido y producen azúcares para el coral a través de la fotosíntesis. Esta relación simbiótica, cuando el océano se calienta demasiado, se fractura y surge el denominado blanqueamiento de coral, por el cual puede morir de hambre.
En palabras de los expertos, tras años consecutivos de blanqueamiento, aumenta el riesgo de que los corales mueran y se produzca una extinción local. Un hecho que ya fue detectados por los científicos y que, de no remediarse, ocurrirá con mayor frecuencia durante el próximo siglo.
Claire Paris, profesora de la Escuela Rosenstiel de la Universidad de Miami y coautora del trabajo, afirmó que “el estrés térmico no es el único problema que enfrentan los corales, pero se considera que es el más grande”. Gracias al modelo de Holstein, que examina qué tan resistentes son las poblaciones de coral conectadas a los cambios de temperatura esperados en todo el Caribe, los expertos resaltaron que “la conectividad de los arrecifes de coral a través de la reproducción sexual y las larvas planctónicas sigue siendo un proceso crítico para rastrear durante el cambio climático”.
Pese a este futuro sombrío para los corales, Holstein no cree que la extinción de los arrecifes de coral sea inevitable. “Los consumidores y los legisladores aún pueden cambiar la cantidad de carbono que se emite a la atmósfera. Los países con más en juego y aquellos que son los mayores emisores de carbono deben trabajar juntos para revertir el rumbo”, afirmó el experto y destacó que la gestión y la mitigación de este terrible futuro requiere cooperación a través de fronteras y escalas espaciales para gestionar hábitats críticos. “Es una de las conclusiones obvias. Si no lo hacemos, todo nuestro esfuerzo corre el riesgo de ser ineficaz”, concluyó.
En la zona de América, la pérdida de corales no es un problema único, ya que más del 90% del coral de la Gran Barrera, frente a la costa de Queensland (noreste de Australia) ya se ha blanqueado y es el cuarto episodio masivo de este tipo en siete años. Se trata de un fenómeno que alerta a los expertos, ya que “ataca” al mayor ecosistema de arrecifes de coral del mundo, según científicos del gobierno australiano.
Aunque la decoloración está causada por el calentamiento global, se trata del primer episodio de blanqueamiento del arrecife durante el fenómeno climático de La Niña, el cual está vinculado con temperaturas más frías en el Océano Pacífico, según aseguró la Autoridad Marina de la Gran Barrera de Coral en su reporte anual, en el cual señalaron que el 91% de las zonas revisadas se vieron afectadas.