La delegada demócrata de las Islas Vírgenes en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Stacey Plaskett, tuvo un desliz durante una transmisión en vivo en MSNBC, donde pareció decir que el expresidente Donald Trump «debería ser fusilado».
Esto ocurrió mientras discutía el manejo de documentos clasificados por parte del exmandatario. Plaskett expresó su preocupación por el hecho de que Trump tuviera acceso a información clasificada y la pudiera compartir con cualquier persona en su residencia. Sus comentarios generaron controversia y llamaron la atención de los medios.
«Debe ser fusilado» («needs to be shot», en inglés), dijo antes de intentar corregirse rápidamente y añadir: «detenido» («stopped», en inglés). Al parecer, la política se expresó mal debido a la similitud de estas palabras en la lengua inglesa. Sin embargo, la entrevista con MSNBC generó una oleada de críticas contra Plaskett.
«¡Hay que destituirla!»
El vídeo empezó a circular inmediatamente por las redes sociales y varios usuarios de Twitter no solo se tomaron al pie de la letra el comentario, sino que pidieron su destitución.
«Imagina la indignación si un republicano dijera esto de un demócrata», tuiteó el comunicador conservador Steve Guest. «¿No odias que tu boca diga lo que realmente piensas?», escribió el presidente de WorldStrat Corporation, Jim Hanson. «Esto no fue un error. ¡Hay que destituirla inmediatamente del Congreso por esto!», instó otro usuario.
Plaskett tiene un historial de fuerte oposición a Trump, pues sirvió como gestora del impeachment en el caso contra el expresidente relacionado con asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, recoge NY Post. A pesar de los esfuerzos de la demócrata, Trump fue absuelto tras el segundo juicio de destitución en febrero de 2021.
El exmandatario fue formalmente acusado la semana pasada en un tribunal federal de Miami de 37 cargos relacionados con la supuesta retención de material clasificado en su residencia de Mar-a-Lago, negándose a entregarlo tanto al FBI como al Departamento de Justicia durante más de un año.
Esta es la segunda vez en el año que el líder republicano enfrenta cargos criminales. Trump ha rechazado cualquier irregularidad en ambos casos y ha afirmado que las acusaciones en su contra tienen motivaciones políticas.
A pesar de la acusación, Trump continúa adelante con su campaña de cara a las elecciones presidenciales de 2024.