La Sociedad Dominicana de Pediatría realizó este jueves un encuentro para dar seguimiento al plan de contingencia contra el dengue, tras la alerta epidemiológica y proyección de incremento de casos que se espera para el verano de 2024.
José Luis Cruz Raposo, médico especialista en epidemiología y director del Centro de Prevención y Control de Enfermedades Transmitidas por Vectores y Zoonosis (Cecovez), fue el expositor invitado y destacó que la curva epidemiológica seguirá descendiendo respecto al 2023. Sin embargo, en la segunda mitad del año se prevé otro aumento, especialmente por las condiciones ambientales y sociales habituales.
«Debemos abordar este año desde el inicio (enero) como instruye la fase epidémica del plan de contingencia, con el objetivo de tener mayor control de los casos y mitigar el riesgo», puntualizó el especialista.
Agregó que, actualmente, la situación epidemiológica del dengue está dentro de los valores esperados para la fecha.
De acuerdo con datos suministrados por la Dirección General de Epidemiología (Digepi), durante las dos primeras semanas de enero se han registrado 1,347 casos sospechosos de esta enfermedad transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti.
El rango de edad más afectado se ha mantenido invariable desde el 2022, siendo las personas de 10 a 19 años las más impactadas.
Cruz Raposo explicó que los territorios que registran la mayor proporción de casos son: Santo Domingo Norte, Distrito Nacional, Santiago y San Cristóbal.
Novedades en el abordaje
Con respecto a las novedades del virus y su abordaje, el doctor Cruz explicó que, probablemente, se está cerca de obtener una vacuna efectiva. Algunas posibles candidatas se encuentran en proceso de ensayo.
Además, en la nueva Guía editada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se registra el uso de metamizol para el control de la fiebre, pues no mostró evidencias de mayor riesgo en sangrados, complicaciones y dengue grave.
«Respecto al tratamiento clínico, el apego a la normativa es clave para prevenir complicaciones y mortalidad. En la actualidad, se dispone de unas directrices actualizadas por la OPS (2022) y una actualización del Protocolo de atención para el manejo del dengue (octubre 2023), con sus respectivos algoritmos», reforzó el experto.
Para el manejo no clínico, Cruz Raposo especificó que de llevarse a cabo la combinación de lo que tradicionalmente se realiza (eliminación de criaderos, manejo de los recipientes que almacenan agua para consumo de los hogares, información, educación y comunicación) con lo nuevo: la identificación e intervenciones en hotspots (como son conocidas las áreas determinadas por vigilancia epidemiológica e indicadores de riesgo ambientales), así como la implementación de nuevas herramientas (como recubrimiento de pinturas, mosquitos irradiados, la bacteria Wolbachia, entre otros), impactaría en una reducción significativa de casos y un mayor control del virus.
«El control de la enfermedad inicia con la prevención«, recalcó.
El galeno enfatizó que no se debe desmayar con la comunicación de riesgo; además, que se debe procurar el impulso de las capacitaciones permanentes a todo el personal sanitario involucrado en la atención de estos casos, fomentar el abordaje de los determinantes sociales, así como implementar nuevas estrategias que sean coherentes para el contexto nacional.