El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, subrayó este martes que el pueblo birmano “está desesperado por que acaben la violencia y el caos” más de tres años después del golpe de Estado, y llamó a una “solución urgente para una situación insostenible”.
Türk hizo estas declaraciones a su paso por Kuala Lumpur, en medio de un gira por el Sudeste Asiático, donde enfatizó que Birmania (Myanmar) tiene una “necesidad significante de asistencia humanitaria”, con más de tres millones de desplazados internos, dato divulgado por la ONU a comienzos de mayo.
“En mis discusiones con un diverso grupo de refugiados de Birmania, así como con el Gobierno de Malasia, es evidente que hay altas expectativas hacia la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) con respecto a resolver la actual crisis de Birmania, con la ayuda humanitaria y la protección de civiles por delante”, dijo el alto comisionado, según un comunicado.
“A la vez, no hay que perder de vista la necesidad de una solución urgente para una situación insostenible”, advirtió Türk, añadiendo que el liderazgo de Malasia como presidente de la ASEAN “será clave”.
Malasia recogerá el testigo de Laos al frente de la ASEAN en 2025, si bien esta asociación, de la que también forma parte Birmania, no ha logrado avanzar en su plan de soluciones al conflicto birmano desde el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021.
“Estamos deseosos de ver cómo su liderazgo fortalece la agenda de derechos humanos de la ASEAN e inyecta vigor en la respuesta internacional a la catastrófica situación de Birmania”, indicó Türk, quien también viajará a Laos y Tailandia en los próximos días.
Aunque Malasia condena el golpe militar y acoge a más de 150.000 refugiados de Birmania, según datos de la ONU, el país ha sido en ocasiones criticado por organizaciones de derechos humanos por la deportación de inmigrantes birmanos.
Mientras, en el plano doméstico asociaciones denuncian una creciente criminalización de la comunidad LGTBI y un mayor espacio para las facciones islamistas en el país de mayoría musulmana.
En cuanto a Birmania, la expansión del conflicto en los últimos meses entre el Ejército y fuerzas rebeldes prodemocráticas, que han ganado terreno a los militares, ha empeorado la situación humanitaria, con casi 13 millones de personas (del total de 54 millones) expuestas a inseguridad alimentaria, según la ONU.