La dictadura de Nicolás Maduro sigue sumando denuncias por sus constantes y sistemáticas violaciones a los derechos humanos. Lejos de apaciguar la maquinaria represiva en este año electoral, en los últimos meses el régimen chavista recrudeció la persecución contra la oposición venezolana.
A esa conclusión llegó la Misión Independiente de Determinación de los Hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela en la actualización de su informe que presentó este miércoles ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
“A la luz de los primeros resultados de nuestras investigaciones, la Misión ha identificado indicios de que los cuerpos de seguridad del Estado continúan cometiendo graves violaciones de los derechos humanos explícitamente mencionadas en el mandato de la Misión, que permanecen impunes”, señalan reportes.
En su presentación del año pasado, la Misión había advertido que la estructura represiva del régimen “no se había desmantelado y que continuaba representando una amenaza latente”. En estos meses, la situación no cambió. Por el contrario, empeoró.
Los investigadores de la ONU indicaron que en esta última actualización encontraron una reactivación “de la modalidad más violenta de represión” por parte de las autoridades chavistas: “La Misión observa una repetición de los mismos patrones de violación de derechos humanos contra personas opositoras o percibidas como tales, que incluye a personas defensoras de los derechos humanos que se atreven a criticar, denunciar o a protestar por decisiones o políticas del Gobierno”.