Obra catalana

El primer ministro español Pedro Sánchez y el líder catalán Quim Torra (REUTERS / Albert Gea)
El Primer Ministro de España, Pedro Sánchez, y el líder catalán Quim Torra (REUTERS / Albert Gea) (ALBERT GEA /)

Barcelona. Palau de la Generalitat. Dentro. Día.

Sánchez y Torra se dan la mano por unos segundos. Varios meneos. Miran a los ojos. Algunas palabras son susurradas. Ambos mantienen un gesto rígido que esboza una falsa sonrisa. A ambos les gustaría estar en otro lugar, con otra compañía. Se escuchan los destellos y algunos murmullos de los periodistas. Torra y Sánchez se dan la vuelta. Entran en la sala de reuniones de "Palau". Fin de la primera escena.

Así comienza esta nueva temporada. Uno de los primeros actos en los que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, intenta desbloquear el "berenjenal" heredado en Cataluña en temporadas anteriores. Como buen thriller, promete caminos sinuosos, nudos para aflojar, prejuicios para romper y heridas para sanar.

Sánchez sabe que no solo se reúne con Torra, sino también con aquellos catalanes no radicalizados que en los últimos años se unieron a la solicitud de independencia de España en solidaridad con la negativa a escuchar sus reclamos territoriales.. Es un gesto que pesa sobre la cuenta política del nuevo gobierno de coalición progresista y demuestra la intención del diálogo en plena pre-campaña electoral en Cataluña.

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, protagonista principal (héroe y villano), descalificado por la Junta Central Electoral y sin credencial como diputado catalán, sabe que es un "gris desnudo".. Ha contado los días como presidente regional y, según la Corte Superior de Justicia de Cataluña, no pudo aparecer en las próximas elecciones, ya que le pesa una descalificación durante un año y medio. Sin embargo, también sabe que tiene un gran poder de daño, ya que si no se toma en cuenta y no convoca las elecciones que prometió, generaría un gran desgaste en el gobierno nacional al obligarlo a activar mecanismos legales contra él y asumir los cargos. que tanto desean los partidos derechistas nacionales: acusación de usurpación de cargos, juicio televisado y prisión.

Por el contrario, el gobierno de Sanchez le ofrece a Torra una salida decente: diálogo y elecciones regionales. Con el Partido Popular, el actor principal en las viejas temporadas, fuera del ejecutivo nacional, la necesidad de una radicalización de la independencia que no solo abrió una grieta en la sociedad terminó, sino que también llevó a miles de empresas a mudar su domicilio fiscal fuera de Cataluña. La oportunidad de deshacer las barricadas y trabajar para la negociación, por acuerdo, ya está a la vista. Torra sabe que es la mejor opción que tiene sobre la mesa, pero no confía en nadie y mantendrá el as en la manga hasta el último momento para negociar una buena final con el gobierno español.

El presidente socialista desempeñará el papel de mediador esta temporada.. Un gesto que lo diferencia de las posiciones del PP, Vox y Ciudadanos, colocando a su coalición de gobierno como los únicos dispuestos a buscar alternativas al callejón oscuro que Rajoy y Puigdemont empujaron a todos los españoles y catalanes. El objetivo de Sánchez: cumplir el compromiso que firmó con Esquerra Republicana, (revelación del actor que con su abstención facilitó la investidura) y seducir a casi el 50% de los catalanes que, según el último barómetro del Centre d´Estudis d'â € ™ Opinión de la Generalitat de Catalunya: creen que deberían seguir estando dentro de España (ya sea como comunidad autónoma o como estado federal).

presidente Sánchez crece en campaña y sabe que puede desempeñar un buen papel en la movilización del partido socialista catalán y en atraer a ciudadanos progresistas que no ven a su líder, Inés Arrimadas, el capitán de la tormenta que esperaban.. La actriz secundaria que supo liderar una de las principales fuerzas en las elecciones regionales de 2017, se dirige a ser una simple actriz figurativa que le pide al PP que vaya a la coalición electoral en 2020, lo que podría ser el salvavidas líder definitivo para ambas formaciones Cataluña.

En esta nueva temporada que comienza, y con suerte termina las elecciones, Sánchez apostará por el discurso del diálogo progresivo y plural equilibrado con el humor de un Torra que verá cómo el poder escapa de sus dedos. El socialista intentará repetir los resultados de las elecciones nacionales de noviembre de 2019 que lo dejaron como la segunda fuerza política, muy alejada del PP, Vox y Citizens, que tomaron solo 5%, 6% y 7%, respectivamente, permitiendo un gobierno de coalición con Esquerra Republicana y En Comun Podem (la formación de Podemos en Cataluña) que da el cierre definitivo a esta telenovela catalana. Por el bien de todos los espectadores, catalanes y españoles, con suerte esta es la temporada final.

El autor es analista y consultor político.