La ciudad de Manaos, la principal urbe de la Amazonía brasileña, se encuentra cubierta por una nube tóxica debido a incendios forestales que han afectado la región. Los incendios, que según el Ministerio de Medioambiente fueron provocados por «criminales», han creado una capa de humo gris sobre la ciudad y han llevado a una de las peores calidades del aire del mundo, según el World Air Quality Index.
Las autoridades sanitarias han instado a la población a evitar la exposición al humo debido a los riesgos significativos para la salud, especialmente para enfermedades respiratorias. El estado de Amazonas está experimentando el peor octubre en términos de incendios forestales en los últimos 25 años, con un aumento del 154% en comparación con el mismo período del año pasado, según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe).
El gobierno brasileño ha enviado refuerzos para combatir los incendios, incluyendo helicópteros y brigadistas adicionales. La ministra de Medioambiente, Marina Silva, atribuyó los incendios a «criminales» que los utilizan para preparar el suelo para la agricultura o la ganadería después de deforestar la zona. Esta situación de incendios se produce en medio de una sequía extrema en la región que ha afectado los cauces de los ríos y dificultado el transporte y el suministro de alimentos.
Como resultado de la nube de humo, varios eventos, incluyendo una maratón, fueron cancelados en Manaos. A pesar de las condiciones adversas, algunas actividades económicas en la ciudad continuaron, con trabajadores llevando carga en el muelle y lanchas navegando por el río Negro.
La situación en Manaos es un recordatorio de los desafíos ambientales y de salud que enfrenta la Amazonía debido a la deforestación y la actividad humana. Los incendios forestales son un problema recurrente en la región, y su impacto se extiende más allá de las fronteras de Brasil, afectando a la biodiversidad y contribuyendo al cambio climático.