Los animales más grandes que han existido en la Tierra nunca salieron del mar. Y no es para menos, un gran tamaño no es fácil de gestionar una vez fuera del agua. Sin embargo los saurópodos lograron crecer hasta límites que no se han vuelto a conocer en nuestro planeta. Lo más curioso es que lo hicieron muchas veces.
Una historia repetida. Un nuevo estudio realizado por in investigador de la Universidad Adelphi de Nueva York ha descubierto una extraña tendencia en la evolución de los saurópodos (Sauropoda), un tipo de dinosaurio que engloba especies como el diplodocus o el brachiosaurus.
Estos animales no sólo evolucionaron para ser los más grandes animales terrestres de la historia, también evolucionaron este gigantismo en múltiples ocasiones. El descubrimiento contradice una hipótesis evolutiva postulada en el siglo XIX, la regla de Cope.
“Previamente se creía que los saurópodos evolucionaron sus tamaños excepcionales independientemente unas pocas veces en su historia evolutiva, pero a través de un nuevo análisis sabemos ahora que este número es mucho mayor, con alrededor de tres docenas de instancias a lo largo de 100 millones de años en todo el mundo” explicaba Michael D’Emic, firmante del estudio, en declaraciones recogidas por el medio SciTechDaily.
Una regla obsoleta. El trabajo de D’Emic contradice la llamada regla de Cope, una regla que trata de predecir cómo el tamaño de las distintas especies animales crece progresivamente con el tiempo. La tendencia evolutiva sin embargo parece más irregular, con múltiples instancias en las que nuevas especies van adquiriendo un mayor tamaño, a veces rápido, otras no tanto.
Esto podría ser efecto de cambios en la ecología, bien a través del tiempo o bien a través de migraciones. Es decir, los animales van creciendo una vez encuentran un nicho ecológico que se lo permite.
De los huesos al árbol genealógico. El investigador analizó los restos fósiles de numerosas especies de esta familia de dinosaurios centrándose en aquellos que tuvieran entre sus funciones la de soportar peso. Con ello pudo estimar el tamaño que podían alcanzar especies cuyo registro fósil es aún limitado.
Con ello construyó una genealogía de las 200 especies conocidas de esta familia, ordenándolas no sólo en el tiempo sino también en tamaño. Los detalles de este estudio fueron publicados recientemente en la revista Current Biology.
Diversidad metabólica. El investigador también observó que las distintas especies de dinosaurio analizadas en este y otros estudios mostraban que estos animales crecían también de manera diversa a lo largo de sus vidas. “No hay una sola forma de que un dinosaurio crezca”, señalaba el investigador en una nota de prensa relacionada con otro estudio.
En este segundo estudio el equipo responsable analizó los huesos de varios dinosaurios como si fueran troncos de un árbol, en busca de anillos que permitieran comprobar el ritmo de crecimiento de éstos. Lo que observaron fue una gran diversidad en lo que al ritmo de crecimiento se refiere.
Evolucionar hacia un crecimiento rápido puede tener ventajas: dejar de ser una presa para muchos animales; pero también tiene la desventaja de requerir mucha energía. Cada especie habría ido adaptando su ritmo de crecimiento en función de su entorno específico. En contextos de escasez crecer poco a poco habría sido la mejor opción mientras que con alimentos disponibles el crecimiento rápido habría sido preferible.
Comprender los detalles. El estudio expande nuestro conocimiento sobre la evolución de este grupo de dinosaurios, pero habrá quien se pregunte aún cómo es posible que estos animales alcanzaran estos tamaños.
Hace unos años un equipo ibérico de investigadores utilizó restos fósiles depositados en el Museo Paleontológico de Elche para responder a esta pregunta. Lo que observaron creando una reconstrucción digital del animal fue que los huesos en la cadera de estos animales podrían haber jugado un importante papel a la hora de permitir a estos animales alcanzar semejantes tamaños.
Los saurópodos son algunos de los dinosaurios más conocidos, sin embargo aún es mucho lo que no sabemos de ellos. Con cerca de 200 especies documentadas, este grupo de animales vivió y evolucionó a lo largo de más de 100 millones de años, tiempo de sobra para superar el récord de convertirse en el mayor animal en la superficie de la Tierra. Numerosas veces.