Las autoridades danesas advirtieron este jueves de que la presencia de abundante munición de la II Guerra Mundial en el lecho marino en el Báltico dificulta la investigación del posible sabotaje contra los gasoductos rusos Nord Stream 1 y 2.
«Hay mucha munición en el fondo del mar, por eso no es tan sencillo. Pero el trabajo continúa y a buen ritmo», afirmó a medios daneses el ministro de Defensa, Morten Bødskov, que participa en una reunión en Bruselas con el resto de sus homólogos de la OTAN.
Bødskov resaltó que Dinamarca colabora en una investigación junto con Alemania y con Suecia, y que cuando se haya hecho alguna averiguación, será presentada ante la opinión pública.
Dos fugas fueron localizadas en cada gasoducto (ambos fuera de servicio) la última semana de septiembre, dos en la zona económica danesa y otras tantas en la sueca, todas en aguas internacionales, que los gobiernos afectados han calificado de «sabotaje».
Las autoridades danesas y suecas comenzaron a inspeccionar la zona la semana pasada, una vez que las tres principales fugas dejaron de expulsar gas a la superficie y solo continúa activa una de mucho menor tamaño.
La Fiscalía sueca informó hace unos días de que las sospechas de un posible sabotaje se han «reforzado» tras finalizar la inspección de las tuberías dañadas.
Dinamarca no ha dado sin embargo detalles de su investigación, aunque según informó la televisión pública DR, buzos del Ejército danés han realizado ya inspecciones en el área.
El hallazgo de las fugas provocó que los sectores eléctricos y gasísticos de Dinamarca y Suecia elevaran el nivel de alarma sobre sus instalaciones y lo mismo hizo la vecina Noruega, a pesar de que no tiene costa en el Báltico, incluyendo presencia militar.
Ninguno de los dos gasoductos estaba en servicio cuando se produjeron los accidentes.
El primero interrumpió los suministros hace semanas, al alegar Moscú problemas técnicos, mientras que el segundo nunca entró en funcionamiento, puesto que el Gobierno alemán lo bloqueó a raíz del reconocimiento por Rusia de las autoproclamadas repúblicas separatistas del Donbás, en febrero.
Tanto los países afectados como el resto de la Unión Europea (UE), Estados Unidos y Rusia hablan de sabotaje, aunque difieren en cuanto a la posible autoría.
Moscú ha acusado a países «anglosajones» de estar detrás, aludiendo a la oposición al proyecto que durante años ha mantenido Washington, mientras algunos países occidentales han apuntado en la dirección contraria. EFE