La tragedia ocurrida durante una excursión desde la Isla Saona a Bayahíbe el pasado domingo 5 de este mes ha dejado un profundo dolor y un llamado a la justicia por parte de la familia de Ludivina Díaz, una señora de 77 años residente en La Romana, quien perdió la vida en un trágico naufragio en el mar Caribe.
Ludivina Díaz estaba disfrutando de la excursión junto a su nieto y su yerno, celebrando un cumpleaños y contactando la empresa Aquatic Tour para organizar el viaje. Sin embargo, el regreso en una yola, en lugar del catamarán utilizado para ir a la isla Saona, resultó ser fatal. La falta de chalecos salvavidas para todos los pasajeros y la presencia de un ayudante de capitán menor de edad sin conocimientos de natación aumentaron el riesgo de la travesía.
El capitán de la embarcación, según relatos, realizó maniobras imprudentes y temerarias a alta velocidad, a pesar de las advertencias del grupo. Esta conducta culminó en el naufragio de la yola, arrojando al agua a las 27 personas a bordo. Lamentablemente, Ludivina Díaz no pudo ser rescatada a tiempo y falleció en el trágico incidente.
La hija de Ludivina, Marleny Díaz, ha expresado su indignación por la falta de controles adecuados y la negligencia del capitán, cuya falta de experiencia y prudencia puso en riesgo la vida de los pasajeros. Además, señala que la muerte de su madre no ha sido destacada en los informes emitidos por las autoridades, lo que agrega una capa de injusticia a la tragedia.
La familia de Ludivina Díaz apela a que se haga justicia en este caso y que se tomen medidas para evitar que tragedias similares afecten a otras familias en el futuro. La pérdida irreparable de Ludivina Díaz debe servir como un recordatorio de la importancia de garantizar la seguridad en todas las excursiones marítimas y de responsabilizar a aquellos cuya negligencia causa tales tragedias.