La NBA ha perdido a una de sus grandes figuras históricas. El legendario pívot Bill Russell ha fallecido a sus 88 por causas aún no conocidas. Según su mujer Jeannine, todo ha ocurrido de forma pacífica, algo que ha asegurado en un comunicado publicado en las redes sociales del ex jugador.
«Bill Russell, el deportista más prolífico de la historia del deporte estadounidense, ha fallecido pacíficamente a los 88 con su esposa Jeannine a su lado» comenzaba el texto. «Sus dos campeonatos estatales en el instituto ofrecieron una pequeña muestra del enorme éxito colectivo que estaba por venir: dos veces campeón de NCAA, capitán de la selección ganadora de un oro olímpico, 11 veces campeón de la NBA, y el timonel de dos de esos campeonatos como el primer entrenador negro de cualquier equipo profesional de Estados Unidos. A lo largo del camino, Bill recibió también una serie de premios individuales sin precedente, y en 2009, el premio al mejor jugador de las Finales de la NBA fue rebautizado en su honor».
«Pero a pesar de este éxito, era la lucha lo que iluminaba su vida. Desde el boicot a un partido de exhibición en 1961 para sacar a la luz la discriminación, hasta la dirección del primer campamento de baloncesto en Mississippi tras la muerte de Megdar Evers, sin olvidar décadas de activismo por las que recibió la Medalla Presidencial de la Libertad… Bill denunció las injusticias con una franqueza implacable con la que pretendía derrumbar el statu quo, y aunque sus intenciones siempre fueron más humildes, servirá como poderoso ejemplo para inspirar el trabajo en equipo, la generosidad, y el cambio reflexivo».
Los mencionados títulos y actitudes convirtieron a Russell en un mito tanto dentro como fuera de la cancha. Como parte de los míticos Celtics de los 50-60, grabó a fuego su nombre en las páginas doradas de la historia del deporte, y en los años posteriores aprovechó su condición privilegiada para tratar de mejorar las cosas para otros. Así, se ganó un hueco en el corazón de muchos, haciendo que no sean solo los aficionados al baloncesto quienes lloren la pérdida.