Misterioso punto caliente en la atmósfera de Saturno tiene su origen en el sistema de anillos, según investigadores

Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto el origen de una protuberancia de luz ultravioleta en la atmósfera de Saturno, llamada Lyman-alfa, que había sido detectada por primera vez en la década de 1970.

La NASA ha informado que gracias a las observaciones realizadas por el telescopio espacial Hubble, la sonda Cassini, las naves Voyager y la misión International Ultraviolet Explorer, los investigadores pudieron determinar que el vasto sistema de anillos de Saturno está calentando la atmósfera superior del planeta gigante, lo que provocó la aparición de esta protuberancia de luz.

Según detallan los científicos en su investigación, publicada en la revista Planetary Science Journal, este fenómeno único en nuestro sistema solar es ocasionado por una interacción inesperada entre Saturno y sus anillos, que produce una línea espectral de hidrógeno caliente en la atmósfera del planeta al generar un exceso de radiación ultravioleta.

La protuberancia Lyman-alfa, una barra brillante de luz ultravioleta en la atmósfera de Saturno, podría tener su origen en el impacto de micrometeoritos, el bombardeo de partículas del viento solar, la radiación ultravioleta solar o fuerzas electromagnéticas que atraen polvo cargado eléctricamente hacia el planeta por su campo gravitatorio, según detallan los científicos. El calentamiento de la atmósfera superior del planeta gigante se debe a las partículas heladas del anillo que llueven sobre ella.

«Todo es impulsado por partículas anulares que entran en cascada en la atmósfera en latitudes específicas y modifican la atmósfera superior, cambiando su composición. También hay procesos de colisión con los gases atmosféricos que probablemente calientan la atmósfera a una altitud específica», explica Lotfi Ben-Jaffel, uno de los autores.

Aunque la lenta desintegración de los anillos es bien conocida, su influencia en el hidrógeno atómico del planeta es una sorpresa. «Estamos solo al principio de este efecto de caracterización de los anillos en la atmósfera superior de un planeta. Con el tiempo, queremos tener un enfoque global que arroje una firma real sobre las atmósferas de mundos lejanos», concluyó Ben-Jaffel.