Este martes despegó de Panamá el primer vuelo de deportación de migrantes que cruzaron la selva del Darién en su camino hacia Estados Unidos, con destino a Medellín, Colombia. El vuelo, financiado por el gobierno estadounidense, trasladó a 29 ciudadanos colombianos, en su mayoría jóvenes con antecedentes penales, desde el Aeropuerto Marcos A. Gelabert, conocido como la terminal de Albrook, tras un estricto control documental.
El viceministro panameño de Seguridad, Luis Felipe Icaza, anunció que se espera otro vuelo de deportación para el viernes o sábado. Estos vuelos son parte de un memorándum firmado con Estados Unidos el 1 de julio, cuando José Raúl Mulino asumió la presidencia de Panamá.
Este acuerdo, respaldado por un financiamiento estadounidense de 6 millones de dólares, tiene como objetivo repatriar a migrantes que cruzan el Darién, una región que ha experimentado una crisis migratoria sin precedentes, con 520,000 personas atravesándola el año pasado.
El jefe del Servicio Nacional de Migración (SNM) de Panamá, Roger Mojica, confirmó que entre los deportados en este primer vuelo se encontraba un presunto sicario del Clan del Golfo, identificado a través de un sistema biométrico en el Darién. Mojica también mencionó que el gobierno panameño está trabajando en acuerdos diplomáticos con países como Ecuador e India para facilitar la deportación de sus ciudadanos que ingresan ilegalmente a Panamá.
En 2024, más de 230,000 migrantes irregulares, en su mayoría venezolanos, han cruzado el Darién. Sin embargo, debido a la suspensión de relaciones diplomáticas entre Panamá y Venezuela, no se han realizado deportaciones de ciudadanos venezolanos.
Estos migrantes, tras recibir atención en las estaciones migratorias del Darién, pueden continuar su viaje hacia Norteamérica. No obstante, la representante de seguridad interna de Estados Unidos, Marlen Piñeiro, advirtió que la mayoría de estos migrantes que lleguen a Estados Unidos tras cruzar el Darién no calificarán para ingresar al país.