Apenas ha comenzado 2022 y ya tenemos el primer bombazo del mundo de los videojuegos: Microsoft ha comprado Activision Blizzard. Por si comprar Bethesda por 7.500 millones de dólares fuera poco, la empresa de Nadella va a pagar 68.700 millones de dólares por Activision Blizzard, quedándose así con franquicias como ‘Call of Duty’, ‘Diablo’ y ‘World of Warcraft’, entre otras.
Desde Microsoft afirman que se trata de una «intención» de compra, en tanto que estará sujeta a la aprobación de los organismos pertinentes. De acuerdo a la compañía, «esta adquisición acelerará el crecimiento del negocio de juegos de Microsoft en móviles, PC, consolas y en la nube, y proporcionará bloques de construcción para el metaverso».
La transacción va a ser clara y directa: 95 dólares por acción y totalmente en efecto. Así pues, el monto total asciende a 68.700 millones de dólares. Una barbaridad de cifra para un estudio que, curiosamente, no pasa precisamente por su mejor momento. Según señalan desde Microsoft, cuando se complete la transacción Microsoft será «la tercera empresa de videojuegos más grande del mundo por ingresos», solo por detrás de Sony y Tencent.
¿Qué implica esta transacción? Implica que Microsoft, a la que ‘Fallout’, ‘DOOM’ y ‘The Elder Scrolls’ parece haberle sabido a poco, se hace con las marcas de Activision, Blizzard, los españoles Digital Legends y King, es decir, ‘Warcraft’ ‘Diablo’, ‘Overwatch’, ‘Call of Duty’ y ‘Candy Crush’, entre otros nombres.
Una locura de títulos para alimentar un cada vez más potente Game Pass y que pone sobre la mesa la siguiente pregunta: ¿serán los próximos juegos de Activision Blizzard exclusivos de PC y Xbox? Por el momento, ninguna empresa se ha pronunciado al respecto.
Bobby Kotick, CEO de Activision Blizzard, seguirá estando al cargo. Es una decisión que no va a estar exenta de polémica, ya que ahora mismo el ejecutivo se encuentra salpicado por una serie de acusaciones referentes a los casos de acoso e incluso de maltrato.