La semana pasada, Microsoft argumentó ante los reguladores brasileños que están supervisando la compra de Activision Blizzard que Call of Duty no era una saga de juegos esencial, mientras que Sony argumentaba todo lo contrario, que sí que lo era. En este último episodio de la batalla entre ambas compañías, Microsoft acusó al fabricante de PlayStation de intentar “inhibir el crecimiento” de Game Pass.
Desde hace un tiempo, Microsoft ha estado tratando de convencer a las agencias reguladoras de todo el mundo de que la adquisición de Activision Blizzard no es injusta para sus competidores dentro de la industria de los videojuegos. Pero para añadirle un poco de picante a la polémica, ha salido a la luz que Sony les está pagando dinero a los desarrolladores para que no suban sus juegos al servicio de suscripción de videojuegos de Microsoft, como acaba de desvelar recientemente The Verge.
“La capacidad de Microsoft para continuar expandiendo Game Pass se ha visto obstaculizada por el deseo de Sony de inhibir dicho crecimiento”, afirmaba Microsoft en una presentación el pasado 9 de agosto. “Sony paga por ‘derechos de bloqueo’ para evitar que los desarrolladores agreguen contenido a Game Pass y a otros servicios de suscripción de la competencia”.
Los acuerdos de exclusividad de plataforma son comunes en la industria de los videojuegos, y no se sabe si estos acuerdos de los que se queja Microsoft se refieren a su período de exclusividad o incluso hablamos de términos más estrictos. Uno de los documentos que hablan de la polémica exclusividad de PlayStation se hizo público tras la enorme filtración que sufrió Capcom recientemente, y en la página tres del documento se puede ver que los juegos exclusivos no podían aparecer en los rivales de los servicios de suscripción de PlayStation. Entre ellos se incluían Google Stadia, Game Pass y otros servicios similares.
Anteriormente, Sony había criticado mucho el control que ejerce Microsoft en el mercado de los videojuegos. La semana pasada, el fabricante de consolas expuso ante el Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE) de Brasil que Call of Duty era un “juego esencial” y que los competidores no podrían rivalizar con él. Microsoft no estaba de acuerdo, y en esta última vista presentó diversas pruebas que documentaban los férreos acuerdos de exclusividad que firmaba Sony con algunas de sus franquicias de renombre.
Es un tema delicado porque la adquisición de Activision Blizzard afectará indudablemente a todo el gran ecosistema de videojuegos, aunque ninguna de estas dos grandes compañías tiene las manos limpias. Después de que Microsoft anunciase la compra de Activision Blizzard, Sony dio un puñetazo en la mesa y compró Bungie. Estas grandes adquisiciones parecen ser muy rentables para ellos, pero acaban siendo una terrible noticia para los jugadores.