Miami ha frenado rápidamente el conato de rebelión de los Hawks. Tras caer en el tercer partido, los chicos de Erik Spoelstra dieron anoche un golpe casi definitivo a la serie, y no lo hicieron de cualquier manera, sino con la autoridad que refleja el resultado final: 86-110.
Con una defensa de las que se puede definir como ‘de campeonato’, y con un Jimmy Butler que volvió a estar espectacular –un doble-doble de 36 puntos y 10 rebotes lleva su firma–, el encuentro duró solo 24 minutos, quizás menos. Atlanta, puede que espoleado por el anterior triunfo, empezó mejor e incluso gozó de alguna ventaja en el segundo cuarto. Fue un espejismo. Miami remontó y concluyó el primer tiempo con un parcial de 11-0 para irse con una renta de hasta 14 puntos a vestuarios. Obvio que no se trataba de una distancia insalvable, pero los de Florida no solo la mantuvieron, sino que la aumentaron poco a poco para poner el 3-1 en la serie con comodidad.
El triunfo de los chicos de Erik Spoelstra llegó pese a que no contaron con Kyle Lowry. El veterano base se ausentó por un problema en los isquiotibiales de su pierna izquierda y Butler lo utilizó como motivación. «Todo el mundo que tenía cerca de mí decía en mi oído que tenía que seguir siendo agresivo, haciendo más tiros. Fue una buena noche. Tenemos que conseguir otra victoria más».