En un momento de gran incertidumbre para los migrantes, el canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, dejó claro este viernes que los migrantes no estarán solos frente a la posible intensificación de las deportaciones masivas prometidas por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. . Durante su intervención en la ‘Reunión sobre Movilidad Humana en la Ruta Norte del Continente’, celebrada en Ciudad de México, De la Fuente reafirmó el compromiso de México y otros países de la región de trabajar de manera conjunta para ofrecer apoyo a los migrantes, sin importar su estatus migratorio.
El canciller mexicano destacó la importancia de la cooperación regional para hacer frente a los desafíos que se avecinan, subrayando que, aunque existen diferencias entre los países, es crucial enfocarse en las coincidencias que permitan fortalecer la respuesta ante las amenazas de políticas migratorias más restrictivas en Estados Unidos. A la reunión asistieron de manera presencial representantes de países como Colombia, Honduras y México, mientras que otros, como Cuba, Guatemala, Haití y Venezuela, participaron de manera virtual.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, también abordó la preocupación sobre las deportaciones masivas y aseguró que el gobierno mexicano ha estado preparando una estrategia integral para garantizar que los migrantes repatriados cuenten con acceso a programas sociales y empleo en el país. Sheinbaum enfatizó que, en caso de que se materialicen las deportaciones, los mexicanos afectados tendrán el respaldo necesario para su integración en el país, con programas de empleo y movilidad que les permitirán regresar a sus lugares de origen dentro de México.
Esta postura subraya la solidaridad entre los países de América Latina frente a los posibles desafíos migratorios derivados de las políticas de Trump. En particular, México se prepara para un escenario que podría afectar gravemente a su población migrante, ya que los mexicanos constituyen casi la mitad de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos y sus remesas representan una parte crucial de la economía nacional, alcanzando un estimado de 65.000 millones de dólares en 2024.
Este enfoque regional refleja la importancia de un esfuerzo coordinado para proteger los derechos de los migrantes y garantizar su bienestar, a medida que se avecinan posibles cambios en las políticas migratorias de Estados Unidos.