En diciembre de 2022 el equipo encargado de la misión InSight se despidió de la sonda que, durante cuatro años, había estado operando en Marte. Sin embargo los datos enviados siguen propiciando nuevos estudios científicos. El último ha venido con un curioso descubrimiento: la rotación del planeta vecino se acelera.
Se acortan los soles. El día marciano (al que también se llama sol) dura 24 horas, 39 minutos y 35 segundos aproximadamente. Este “aproximadamente” hace referencia no sólo al hecho de que conocemos su duración con precisión superior al milisegundo sino que, gracias a un nuevo estudio geológico del planeta, sabemos también que esta duración se hace progresivamente más corta.
Esta aceleración es, evidentemente muy pequeña: la rotación se acelera unos 4 miliarcosegundos (mas) por año al cuadrado, algo imperceptible hasta ahora. Por ponerlo en perspectiva, 4 miliarcosegundos equivale a poco más de la millonésima parte de un grado. Esto implica que los días marcianos se hacen más cortos también de manera imperceptible, una fracción de un milisegundo cada año.
Varias hipótesis. Nadie está del todo seguro de por qué está sucediendo esto, pero los responsables del descubrimiento tienen distintas hipótesis con las que explicar el fenómeno. Entre ellas, el hielo que puede estar acumulándose en los casquetes polares; o un “rebote post-glaciar” en el que la masa de tierra sale a flote después de haber sido enterrada por el hielo. Los investigadores comparan este cambio en el reparto de masa con cómo un patinador sobre hielo gira más rápido con los brazos extendidos.
“Es realmente genial ser capaz de obtener esta última medición (y tan precisamente)” señalaba en una nota de prensa Bruce Banerdt, uno de los miembros del equipo. “He estado involucrado en esfuerzos por obtener une estación geofísica en Marte durante un largo tiempo, y resultados como este hacen que todas esas décadas de trabajo valieran la pena.
Movimiento tambaleante. La aceleración de la rotación del planeta no ha sido el único movimiento inesperado del que ha dado cuenta el equipo de expertos del Jet Propulsion Lab (JPL) de la NASA responsables de la investigación.
Marte también muestra un leve movimiento “tambaleante” en su rotación, llamado nutación. Este tambaleo sí parece tener un principal sospechoso: el núcleo del planeta, compuesto de metal fundido. El núcleo líquido estaría “chapoteando” y forzando este curioso bamboleo.
RISE. El hallazgo se ha producido gracias a los datos compilados por el Experimento de Rotación y Estructura Interior (RISE). Este refleja señales de radio enviadas por el Deep Space Network, una red de antenas situadas aquí en la Tierra. Los científicos analizaron estas señales cuando regresaban rebotadas a nuestro planeta analizando las variaciones mínimas en la frecuencia causadas por el efecto Doppler.
El equipo utilizó los primeros 900 días marcianos de la sonda InSight para realizar su trabajo. Los detalles del estudio han sido publicados en un artículo en la revista Nature.
Los hallazgos de InSight. Pese a su corta duración si la comparamos con misiones marcianas como Mars Science Laboratory, la misión desempeñada desde 2012 por el rover Curiosity, los cuatro años en activo de InSight no parecen muy impresionantes. Pero si además tenemos en cuenta la multitud de problemas a los que se tuvo que enfrentar, podemos poner en valor la eficacia científica de esta misión.
Gracias a esta sonda hemos descubierto numerosos detalles sobre la geología interna de Marte. El sismógrafo de la sonda ha estado captando los terremotos marcianos y ha sido responsable de captar algunos muy relevantes.
Esta información ha valido a los expertos para, entre otras cosas, entender mejor las características del núcleo del planeta rojo. Esto incluye su naturaleza líquida, un detalle fundamental a la hora de entender los movimientos planetarios de Marte.
¿Más por venir? Pasado más de medio año del adiós de la vida activa de la sonda, los expertos creen que el análisis de los datos compilados a lo largo de sus cuatro años de trabajo aún dará nuevos frutos. Aún es mucho lo que no sabemos de la geología de Marte, cuestiones muy relevantes si queremos algún día una presencia humana más o menos permanente en el planeta vecino.