Durante 14 años, Lucero y Manuel Mijares fueron emblema de un feliz matrimonio, pero en marzo de 2011 dieron a conocer el final de su historia juntos y el principio de “una amistad que duraría para toda la vida”.
“Lo nombramos ‘Siempre amigos’ porque es genuino, tenemos un pacto de amistad y respeto, no es fingido ni es porque sea conveniente, es porque así lo sentimos. Por supuesto que existió un gran amor y por eso nos casamos. Fuimos muy felices, disfrutamos de muchas cosas y decidimos tener dos hijos, pero no hay nada más, sólo respeto y un profundo cariño entre nosotros”, aclaró.
En entrevista una entrevista, Lucero dijo que a Mijares no tiene “nada que recriminarle y tampoco hay rencor. Lo que a él le pase, sí me importa porque es el papá de mis hijos y siempre nos tendremos un cariño sano y real”.
Finalmente, Lucero recalcó que no obstante que algunas personas deseen verlos en guerra y con demandas de por medio, su relación con Mijares siempre será sana por el bien de ellos y de sus hijos, Lucerito y José Manuel.
“No somos una familia disfuncional, somos funcionales a nuestro estilo. No sé si somos ejemplo para alguien o no, pero si así nos consideran, se agradece muchísimo, nos sentimos cómodos y a gusto teniendo la forma de vida que tenemos”, comentó.