Los Warriors se han convertido en el primer equipo del Oeste en avanzar a la siguiente ronda. Los californianos cerraron su serie ante Denver en el quinto partido al imponerse por 102-98, un marcador apretado que es fiel reflejo de las complicaciones que encontraron para rematar la eliminatoria. La vuelta al Chase Center no fue tan plácida como en los dos primeros choques, pero aun así los de Kerr supieron llevarse el duelo y evitar que unos combativos Nuggets les metieran en problemas.
El conjunto de Mike Malone, comandado por un imperial Nikola Jokic, jugó su mejor partido a domicilio, y en varios momentos puso realmente contra las cuerdas a los locales. Con 30 puntos, 19 rebotes y 8 asistencias, el pívot serbio hizo a los suyos brillar especialmente en el tercer cuarto, un parcial que tiende a ser territorio de los Warriors pero que los Nuggets hicieron suyo para colocarse con la única ventaja de dobles dígitos del encuentro (54-64) y entrar al último periodo con cierto margen. En él, sin embargo, la defensa de Golden State acabó con sus esperanzas, anulando casi por completo la ofensiva visitante para dejar el triunfo en el Chase Center.
El parcial de 32-20 con el que se cerró el duelo permitió a los de Kerr asegurar su presencia en semifinales de conferencia, un parcial que tuvo mucho que ver con su capacidad para cerrar a los hombres secundarios de los Nuggets. Jugadores como Aaron Gordon o Will Barton, que estaban siendo productivos y terminaron con 15 y 14 tantos respectivamente, apenas pudieron tener impacto a la hora de la verdad, lo que dejó muy solo a Jokic en su intento de salvar la papeleta. Nikola anotó 12 puntos seguidos para los suyos en los últimos 4 minutos, lo que complicó a los Warriors la labor de cerrar el duelo pero solo sirvió para hacerle caer con más honor si cabe tras una eliminatoria magnífica por su parte. Su mejor aliado en esta ocasión fue DeMarcu Cousins, que con 19 tantos en apenas 15 minutos le secundó mejor que nadie, pero fue también insuficiente de cara a llevarse la victoria.
Esta cayó para el lado de Stephen Curry, que sin tantos apoyos como en otras ocasiones tiró del carro de los suyos en una noche complicada que supo resolver a la perfección. Con Klay Thomspon y Jordan Poole algo desacertados, el base se echó a Golden State a la espalda con 30 puntos y 5 asistencias para evitar que la serie tuviera que irse al sexto partido. 11 de dichos tantos llegaron en el último cuarto, en el que su capacidad para atacar el aro le permitió romper a la defensa visitante y sumar varias canastas fundamentales, incluida la bandeja que colocó el 99-94 con 29 segundos por delante, acción tras la que, sabiéndose con el partido en la mano, dedicó a los Nuggets el gesto de mandarlos a dormir.
Gary Payton fue la otra gran figura de los locales, y lo fue por sus labores en ambos lados de la cancha. El escolta fue, como de costumbre, un absoluto incordio para los Nuggets por su agresiva y pegajosa defensa, pero supo responder también en ataque terminando como segundo anotador con 15 puntos, 10 de ellos logrados en el cuarto periodo. Payton tuvo incluso la oportunidad de brillar en el clutch, pues de sus manos llegó el triple que colocó el 97-92 a falta de un minuto y que empezó a hacer ver a los de Colorado que este cuento se había acabado.
Golden State tendrá ahora que esperar para conocer su rival, que saldrá de la serie entre Grizzlies y Timberwolves en la ahora mismo mandan los de Memphis por 3-2. En caso de que estos consumen su triunfo, los Warriors tendrán la oportunidad de vengarse de su verdugo de la pasada temporada, pues fueron los de Tennessee quienes les hicieron caer en el último partido del play-in.