Los precios de los futuros del gas natural en Europa se dispararon un 23% al iniciarse las operaciones el miércoles por la mañana, horas después de que la empresa estatal rusa Gazprom comunicara a Polonia y Bulgaria que había cortado el suministro del combustible.
La medida de Gazprom se produce luego de que Estados Unidos y sus aliados acordaran enviar más armas a Ucrania para defenderse contra la invasión rusa.
La reacción del mercado expuso una situación que se temía desde hace un tiempo: la interrupción de las exportaciones de gas natural ruso a la Unión Europea.
Polonia y Bulgaria dependen en gran medida de las exportaciones de gas ruso, al igual que Alemania, uno de los países que se resisten a imponer rápidamente más sanciones contra el sector energético del Kremlin.
El buen tiempo primaveral en Europa puede suavizar el golpe inmediato del corte de gas, pero la necesidad de sustituir los suministros de Gazprom por fuentes alternativas será urgente, según The New York Times. Los expertos creen que los ya elevados precios del gas seguirán subiendo, lo que en última instancia hará subir las elevadas tasas de inflación y perjudicará a los consumidores de toda la Unión Europea.
“El anuncio de Gazprom de interrumpir unilateralmente el suministro de gas a sus clientes en Europa es otro intento de Rusia de utilizar el gas como instrumento de chantaje”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Asimismo, aseguró que ya trabaja con sus aliados para garantizar el suministro de gas a los Estados miembros afectados.
Hasta ahora, la Unión Europea ha impuesto sanciones al carbón ruso, que tanto Polonia como Alemania utilizan en gran medida, y ha estado preparando los detalles de un embargo de petróleo. Pero un embargo al gas ruso se ha considerado peligroso durante mucho tiempo debido a la gran dependencia de Alemania y otros países para la calefacción y la producción de energía.
Rusia parece estar dispuesta a bloquear las exportaciones de gas, después de que los países de la UE se negaran a pagar las importaciones de gas en rublos, como había exigido el presidente Vladimir Putin.
El ministro de Energía búlgaro, Alexander Nikolov, dijo este miércoles que su país tenía suficiente suministro de gas para un mes y que estaba buscando alternativas.
“Bulgaria no negociará bajo presión y con la cabeza agachada. Bulgaria no cede y no se vende a cualquier precio a ninguna contraparte comercial. Obviamente, el gas natural se utiliza como arma política y económica”, afirmó, según The New York Times.
Por su parte, la ministra polaca de Medio Ambiente, Anna Moskwa, restó importancia a la decisión del Kremlin y aseguró que su país “está dispuesto a quedarse sin gas ruso”.