Siete derrotas seguidas y un negativo 2-14. Esos eran los números que presentaban los New York Knicks hasta la pasada madrugada, cuando en su visita al Crypto.com Arena sorprendieron a Los Angeles Clippers al vencerles por un marcador final de 116 a 93.
El canadiense R.J. Barrett lideró la ofensiva de los suyos con 24 puntos y 9 rebotes; secundado por Immanuel Quickley, quien brilló como reserva con 21 tantos, 10 rebotes y 6 asistencias, incluido un 8 de 15 en tiros de campo.
Por su parte, el ex de Atlanta, Cam Reddish, protagonizó su mejor partido como Knickerbocker con 17 puntos en apenas 25 minutos sobre el terreno el parqué.
«Esta noche nuestra pelea ha estado de principio a fin», reconoció Tom Thibodeau al medio ESPN. «Espero que podamos aprovecharlo de aquí en adelante», añadió el técnico.
Los Knicks, inmersos en una espiral de malos resultados, veían como sus opciones del Play-in se esfumaban. Sin embargo, este triunfo podría levantarles la moral después de perder por la mínima en Arizona (115-114) donde Julius Randle fue expulsado a finales del tercer periodo.
Precisamente ayer la NBA le sancionaba con 50.000 dólares por su incidente en el pasado encuentro. Y ante los Clippers no estuvo todo lo acertado que se espera de él con apenas 10 puntos y 8 rebotes, incluido un negativo 4 de 16 en el lanzamiento.
«Sienta francamente bien conseguir esta victoria. La necesitábamos», destacó Mitchell Robinson, quien obtuvo un nuevo doble-doble con 12 puntos y 11 rebotes.
Por su parte, Los Angeles Clippers vieron frenada su racha de 5 triunfos consecutivos, dos de ellos ante su máximo rival los Lakers. El reserva Amir Coffey lideró su ofensiva con 16 puntos partiendo desde el banquillo.
«Salieron con más energía que nosotros y querían mucho más el partido», admitió el citado Amir Coffey.
«Jugaron muy bien y nosotros muy mal. Con esa combinación se consigue que te ganen por al menos 30 puntos. Estaban hambrientos por conseguir esta victoria», concluyó Tyronn Lue.