Los intentos de Occidente por aislar a Rusia se debilitan

Los países occidentales en ocasiones prefieren evitar promover algunas medidas específicas contra Rusia por temor a no contar con un apoyo adecuado, ya que el aumento de abstenciones de votación en la ONU sugiere una creciente falta de voluntad para oponerse públicamente a Moscú, declaran diplomáticos y expertos citados por Reuters.

Un ejemplo de esta tendencia es el abandono de la UE de su idea de nombrar a un experto de la ONU para investigar supuestas violaciones de derechos humanos en Rusia, por temor a que casi la mitad de los 47 miembros del Consejo de Derechos Humanos se oponga.

Además, la incapacidad de la ONU de poner fin al conflicto obliga a los países occidentales reconocer que no tiene capacidad suficiente para intimidar a Moscú. «A medida que el conflicto se prolonga, se ha vuelto más difícil encontrar formas significativas de penalizar a Rusia», señaló el director de la ONU en el grupo independiente International Crisis Group.

Por su parte, Olaf Wientzek, director de la fundación alemana Konrad Adenauer en Ginebra, indicó que «los países se preguntan si es realmente tan sensato estar entre los que se oponen a Rusia».

Según algunos expertos, varios países del Medio Oriente, América Latina, África y Asia están cansados de que el conflicto ucraniano todavía atraiga tanta atención, mientras sus problemas se desvanecen en el fondo. La crisis alimentaria y energética, causada por las sanciones occidentales, también se suma a la preocupación mundial.

Otro de los temas que preocupa al mundo es el suministro de armas occidentales a Ucrania y la falta de conversaciones reales para poner fin al conflicto. «Lo más desconcertante para nosotros es la idea de que, en esencia, se alienta a que un conflicto como este continúe indefinidamente», destacó un alto diplomático africano que prefirió permanecer en el anonimato.

La misión rusa ante las Naciones Unidas, por su parte, dijo que los Estados occidentales «saben muy bien que es imposible aislar» a su país, «ya que es una potencia global». Rusia tiene el derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, lo que le permite bloquear los intentos occidentales de introducir sanciones contra Moscú o excluirla del este órgano internacional.

A pesar de los éxitos de la coalición liderada por Washington de suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos, los datos muestran que 82 de las 193 naciones de la ONU votaron en contra o se abstuvieron.

Aislar a Rusia es altamente improbable y «no hay apetito por más acciones a menos que se crucen las líneas rojas», declaró un diplomático asiático que prefirió hablar bajo condición de anonimato. Algunos funcionarios han sugerido que esas líneas rojas podrían ser un ataque con armas nucleares o químicas, muertes de civiles a gran escala o la adhesión del territorio ucraniano a Rusia.