Para muchos residentes en la ciudad capital, las fiestas navideñas y de fin de año comienzan con la puesta en venta de los tradicionales y coloridos charamicos y figuras de animales en la avenida Winston Churchill, pero este año fueron colocados en las aceras más tarde que de costumbre.
Desde la primera semana de octubre de cada año, en varios tramos de la avenida Winston Churchill y otros de la ciudad, así como en el Gran Santo Domingo, son colocados elementos decorativos artesanales para viviendas y negocios con figuras en madera y bejuco como los camellos, siervos, guirnaldas, canastas, conos y bolas, entre otros. Las calles y avenidas cobran colorido con esas figuras que son colocadas en las aceras y son preferidas por un segmento de la población por su costo y características. Conductores se desplazan por las vías observando los artículos y se detienen para preguntar por costos.
Pero este año, los vendedores no pudieron colocar sus mercancías a principio de octubre porque no habían obtenido el permiso que debe otorgar la Alcaldía del Distrito Nacional.
Por esa situación y el aumento del arbitrio que deben pagar a las autoridades municipales para usar las aceras durante el período navideño, algunos no “sacaron” sus mercancías este año como de costumbre.
Vendedores afirman que “las ventas están lentas o flojas” y lo atribuyen a que debieron comenzar a instalarse hace tres semanas. Omar Tomás Pujols dijo que los ha afectado la situación económica.
“Todo está caro y la gente está dada al grito, los precios en comparación con los materiales están baratos, vienen unas cuantas gentes sí…nos pusimos ahora porque hubo contrariedad con los que iban a reconstruir la acera y los contenes en la Churchill”, se refiere a uno de los puntos de venta que fue movido debido a trabajos que al haría la Alcaldía allí.
Mientras que Cándido Santos también coincide en que “las ventas están un poco frías” por los atrasos de la salida con la mercancía. Dijo que la Alcaldía no quería darles los permisos de costumbre. “Hay algunos vendedores que no han salido por lo caro que están cobrando, mil pesos por metro, el año pasado fueron 250 pesos por metro, el que tiene cincuenta son 50 mil papeletas que tiene que dar, hay que pagarlo en dos cuotas”.
Al ser consultada sobre esta queja de los vendedores, Elizabeth Mateo, directora de comunicaciones de la Alcaldía, negó que hayan aplicado un aumento pero reconoció que cambiaron la unidad de medida que antes era un metro cuadrado a un metro lineal. Al compararlas, se verifica el incremento. Para poder rentar un metro cuadrado se necesitan cuatro metros lineales de 250 pesos, que suman mil pesos.
Reinaldo de Jesús, tiene 36 años vendiendo charamicos y consideró que, al parecer, la alcaldesa Carolina Mejía cambió el personal de Defensoría de Espacios Públicos y puso otro que ni siquiera sabía cuánto se pagaba y la fecha de salida para colocar las mercancías.
“Estos días que dieron los permisos y mal hechos, el mío me lo van a tener que rehacer porque por estos 40 metros me pusieron noventa y siete mil pesos, este año parece que no revisaron el archivo de lo que se paga”. Destacó que en su caso, unas 80 familias se benefician directamente de las ventas de los adornos navideños cada año en la avenida Churchill.
La Alcaldía del Distrito informó que a cada vendedor se le otorgó un espacio y que en el caso de los que estaban en el área de la laguna fueron autorizados a vender en la acera de enfrente, todo mediante el consenso entre los vendedores y las autoridades municipales. La idea es permitir que los “charamiqueros” puedan hacer sus ventas tradicionales de manera organizada y sin riesgos para ellos y los compradores. “Ahí se están construyendo el parque La Laguna del Fernández y es un riesgo para la seguridad de ellos mismos y de las otras personas que compran”, informó Elizabeth Mateo, directora de comunicaciones de la Alcaldía.