El pasado mes de noviembre, un ex-empleado de Apple (durante 10 años, de 2008 a 2018) se declaró culpable ante un tribunal estadounidense de haber estafado a su antigua compañía. Eso tampoco es algo que merezca mucha atención mediática, la verdad.
Si a eso le sumamos los delitos de evasión fiscal y blanqueo, la cosa parece algo más grave, pero sigue sin merecer titulares. Ah, pero, ¿y si precisamos que la cantidad que reconoce haber robado a los de Cupertino asciende a casi 20 millones de dólares?
¿La cosa cambia, verdad?
El papel de Dhirendra Prasad en la compañía durante la mayor parte de ese tiempo fue el de comprador para la cadena de suministro de servicios globales de la misma, lo que lo convertía en uno de los encargados de comprar piezas y servicios a sus proveedores.
De hormigón armado tenía la cara el hombre
Desde dicho puesto, ya en 2011, Prasad empezó a «aceptar sobornos, inflar facturas y robar piezas, provocando —en general— que Apple pagara por artículos y servicios que jamás había recibido», según el comunicado hecho público por la fiscalía.
Ayudó al éxito (transitorio) de su esquema de fraude el hecho de que se coaligara con dos socios, Robert Gary Hansen y Don M. Baker, que «eran ambos propietarios de empresas proveedoras que mantenían negocios con Apple». Esto contribuyó a que, durante un tiempo, los cientos de miles de dólares que iba haciendo perder a sus empleadores permanecieran bajo la alfombra.
Así, por ejemplo, en 2013 Prasad orquestó que se enviaran placas base del inventario de Apple a la empresa de Baker (CTrends), quien se encargó de recopilar los componentes de las mismas… mientras Prasad firmaba la emisión de órdenes de compra para esos mismos componentes. Mientras, devolvía los componentes recogidos a Apple, y CTrends presentaba facturas a Apple.
En resumen, lograron que Apple pagara por su propio hardware. Tras el éxito de su ‘hazaña’, tres años después repitió el mismo esquema, esta vez usando para ello a la empresa de Hansen, Quality Electronics Distributors.
No contento con hacerle perder ese dinero a Apple, también le hizo perder otros dos millones a la Agencia Tributaria estadounidense: Prasad hizo que una empresa fantasma emitiera facturas falsas a CTrends para ocultar los pagos ilícitos de su propietario a Prasad… facturas que permitieron a Baker reclamar cientos de miles de dólares de deducciones fiscales injustificadas.
Pero la avaricia rompe el saco: Apple terminó detectando lo ocurrido (diez años son muchos años tomando el pelo), Pravad fue detenido, los cinco millones de dólares que había invertido en comprar propiedades fueron a parar al Estado, y Prasad está ahora a la espera de que se confirme la sentencia de 20 años de prisión que le permitirán salir a la calle a los 72 años.