El Pontífice, que lleva 12 días hospitalizado en el Policlínico Gemelli debido a una neumonía bilateral y otras complicaciones, continúa bajo tratamiento con oxígeno, aunque con un flujo ligeramente reducido en comparación con días anteriores. El informe de este lunes indicó que, a pesar de su condición crítica, muestra signos de recuperación. No ha tenido nuevas crisis respiratorias asmáticas y algunos análisis han mostrado mejoras en sus valores. Además, la insuficiencia renal leve que se había detectado no genera preocupación, según el Vaticano.
No obstante, los médicos mantienen los pronósticos reservados debido a la complejidad del cuadro clínico del Papa. A pesar de los avances, los especialistas advierten que Francisco sigue siendo un paciente frágil y que su recuperación será lenta y complicada. El doctor Luigi Carbone, parte de su equipo médico, subrayó que el proceso requerirá paciencia y seguimiento constante.
El Papa continúa con terapia antibiótica, que ha mostrado signos de efectividad, aunque se espera que la recuperación completa tome tiempo. Según Massimo Andreoni, director científico de la Sociedad Italiana de Enfermedades Infecciosas, un paciente joven podría necesitar al menos dos semanas para recuperarse de una neumonía bilateral, pero en una persona mayor con complicaciones, el proceso será aún más prolongado.
A pesar de su delicado estado, Francisco ha logrado levantarse de la cama y trasladarse a una silla para recibir la eucaristía. También ha retomado algunas de sus actividades, como la reciente llamada a la parroquia católica de Gaza, mostrando cercanía a la comunidad afectada por el conflicto.
Ante la incertidumbre sobre su salud, el Vaticano ha comenzado vigilias nocturnas de oración en la Plaza de San Pedro. Miles de fieles, desafiando la lluvia, participó en el rezo del Rosario, presidido por el Cardenal Pietro Parolin. Durante la ceremonia, Parolin pidió por la pronta recuperación del Papa, destacando la ola de oraciones que se elevan desde todo el mundo.